A medida que nos acercamos al final de 2024, nos preparamos para recibir un nuevo año con la esperanza de que el 2025 traiga paz y armonía a nuestras comunidades. Desafortunadamente, el 2024 fue un año marcado por la violencia y la incertidumbre. Los homicidios, masacres, atentados y extorsiones no cesaron, afectando profundamente a nuestra sociedad.
En el departamento del Huila, se registraron 342 homicidios, cuatro masacres y 48 atentados vinculados a la presión por el pago de extorsiones. Estas estadísticas alarmantes reflejan el complejo y doloroso panorama que hemos enfrentado. Entre las víctimas, se encuentran líderes sociales y firmantes del Acuerdo de Paz, cuyas muertes nos recuerdan la vulnerabilidad de aquellos que trabajan por un futuro mejor.
Sin embargo, mientras despedimos este año difícil, nos queda la esperanza de un 2025 diferente. Un año en el que las iniciativas de paz y los esfuerzos comunitarios florezcan, en el que se fortalezcan las medidas de seguridad y se promueva el respeto por la vida y la dignidad humana. Que el nuevo año traiga consigo la posibilidad de un cambio verdadero, donde la paz no sea solo un deseo, sino una realidad tangible para todos.
Es el momento de unirnos como sociedad, de exigir un compromiso firme de nuestras autoridades y de trabajar juntos por un Huila y un país más seguros y en armonía. Que el 2025 sea el año en el que finalmente logremos avanzar hacia un futuro lleno de esperanza y prosperidad para todos.