CAROL MEDINA SOTO/LN
Enviada especial-Bogotá
Rodrigo Rivera Salazar es el Alto Comisionado para la Paz y sobre él recae la responsabilidad de la implementación del Acuerdo de paz firmado entre el Gobierno Nacional y la Farc. Rivera Salazar apenas va a completar tres meses en el cargo y en diálogo con LA NACIÓN, se refirió no sólo al Acuerdo de La Habana, sino a las negociaciones con el ELN y al complejo tema de los asesinatos de líderes sociales en el país.
Sobre las críticas a la implementación del Acuerdo de Paz con las Farc, Rivera, anunció que saldrá a la luz próximamente un informe que muestra objetivamente sus aciertos y desaciertos. En relación con la percepción negativa que tienen muchos colombianos sobre este, sentenció que en las regiones, la gente aprecia mejor los logros del acuerdo.
¿Cómo van hasta ahora las negociaciones con el ELN?
Estuvimos en Manta, Ecuador para recibir las conclusiones de una importante reunión que se realizó entre la delegación negociadora del ELN y los dirigentes del nuevo partido político de la Farc. Allí se trataron varios temas, el tema de los cultivos estuvo en la agenda, el tema de la seguridad de los líderes sociales y de los líderes de los derechos humanos. Hubo un apoyo unánime a los Acuerdos de Paz, y algo que quiero resaltar es la decisión que han tomado ambas organizaciones de lograr una sincronización de los dos procesos el de Paz el de la Farc y ahora con el ELN y si logramos esto podremos imprimirle un nuevo ritmo, una nueva dinámica a las conversaciones con el ELN. Lo que estamos haciendo es trabajando para que esos esfuerzos se consoliden y no haya presión armada, sino que en la democracia se discutan las ideas y la gente finalmente vote y decida.
¿Es decir que se están desarrollando satisfactoriamente?
Queremos que vaya a un mejor ritmo y hay voluntad política para eso, pero gracias al cese al fuego que ha sido un tanque de oxígeno, la gente está sintiendo que la violencia derivada del conflicto con el ELN ha disminuido sustancialmente, ese es el camino que hay que seguir para afianzar esos logros y avanzar rápidamente.
Yo regresé después de esa reunión con optimismo, sobre el impacto que este testimonio que los líderes del nuevo partido político de las Farc le han dado a los negociadores del ELN pueda tener sobre la dinámica de la negociación en Quito. Creo que es importante que ellos vean que sí se puede, vean la realidad en blanco y negro, con lo positivo, con las dificultades, con los retos, con los avances, pero sobre todo con la voluntad que tienen las partes de sacar este proceso adelante. Como gobierno sabemos que no tenemos el ciento por ciento de las respuestas, pero sí toda la voluntad.
¿En qué coincide la visión de la Farc y del ELN?
Ellos hablan de la defensa al proceso de paz, un proceso que produzca transformaciones en la vida colectiva de los colombianos, preocupaciones por la muerte de los líderes sociales, que por supuesto compartimos. También están preocupados por la corrupción, coinciden en las observaciones sobre el proceso de sustitución de cultivos ilícitos para poder tener un país sin cultivos ilícitos, creo que el reconocimiento de la causalidad de esa maldición de los cultivos ilícitos, como detonante de la violencia en Colombia es fundamental. Finalmente me parece significativo establecer esa sincronización entre ambos procesos, si esto es así podremos ganar mucho tiempo, algo que se sumaría con la vigencia del cese al fuego.
¿Qué puede decir sobre el informe de la DEA que afirma que ha aumentado el crecimiento de cultivos ilícitos en el país?
Recientemente recibí ese informe, pero tengan la certeza que las autoridades responsables de enfrentar ese flagelo directamente, estoy hablado del Ministerio de Justicia, Defensa, el Alto Consejero para el Posconflicto, van a producir reacciones adecuadas.
¿Y los asesinatos a los líderes sociales?
Son una obsesión del gobierno y estamos trabajando para garantizar que se esclarezcan esos crímenes y que la Fiscalía y el poder judicial nos den la respuesta de lo que está pasando y se castigue de manera ejemplar a los responsables de estos crímenes.
¿Por qué el gobierno considera que no son sistemáticas las muertes de los líderes sociales?
Porque en una democracia, en un estado social de derecho esa respuesta la tiene que dar la justicia, no ningún actor social o político, la única entidad autorizada para darnos la verdad es la Fiscalía y el sistema judicial.
¿Se está fallando en su protección?
Cuando los líderes sociales o de derechos humanos han sido amenazados y acuden al sistema nacional de protección son bastante eficaces.
La Farc afirma que el Acuerdo de Paz avanza muy lento ¿Qué puede decir al respecto?
“Ellos son una fuerza política contestataria, y cuyo énfasis está en la crítica y en la controversia frente a lo que el Estado ha planteado. Eso hay que entenderlo, dentro de esta dinámica, pero yo lo que espero es que pronto tengamos un informe de una institución independiente pactada en los acuerdos que nos brinde una visión imparcial, de cómo realmente van, no la visión del gobierno, no la visión de la Farc, sino de especialistas internacionales que tienen a su alcance los datos de procesos de paz en los últimos treinta años y pueden cotejar con lo que hemos hecho en Colombia con otros países y sean quienes nos digan en qué vamos bien y en qué vamos mal y cuáles son los cuellos de botella que hay que resolver.
¿Cuándo se dará a conocer este informe?
Cuánto antes, llevamos tres semanas discutiéndolo con la Farc y yo espero que pronto las observaciones metodológicas que se formularon se puedan sacar para que podamos autorizar la publicación del informe.
¿Qué lectura hace el gobierno sobre cómo los ciudadanos están percibiendo el Acuerdo de Paz?
Los está percibiendo a través de los medios de comunicación, redes sociales y de la realidad en el terreno. Los medios cumplen la tarea de mostrar, lo positivo, lo retador y lo negativo. En las redes se mueve una lógica de tribus, de grupos muy segmentados, escenario propicio para que se profundicen visiones muy radicales que no incluyen todos los elementos de juicio. A través de la realidad, lo que estamos viendo es que en la provincia, tienen una mejor apreciación de los que significa este proceso y sus logros, porque ahí es donde más se sufrió la violencia y se ve el progreso. Las comunidades están regresando a sus parcelas y los turistas están llegando, generando nuevas dinámicas.