La tragedia golpeó a la familia Trujillo cuando un desconocido irrumpió en la barbería ‘Acicalados’ y, sin mediar palabra, disparó contra Jonathan Trujillo, dueño del lugar, provocándole heridas mortales. La brutal escena quedó grabada en una cámara de seguridad, y a pesar de la esperanza de la familia, Jonathan murió anoche. Fernando Trujillo, padre de la víctima, mencionó que está “esperando que la justicia haga su trabajo”.
María Alejandra Ruíz Mallungo
@amperiodista
Nunca imaginó Fernando Trujillo que el pasado lunes 26 de agosto, a eso de las ocho y media de la noche, mientras su hijo Jonathan Andrés Trujillo le cortaba el cabello, serían esos los últimos momentos que pasaría junto a él. Mucho menos se esperaba ser testigo del ataque descarnado perpetrado por un desconocido, quien le disparó dentro de su barbería ‘Acicalados’, provocándole heridas mortales.
“Este tipo lo hizo delante de mí. Entró sin mediar palabra. La esposa (de Jonathan) dice que ya no había más servicio; él saca el revólver y le dispara dos veces (a Jonathan)”, expresó Fernando entre llanto y dolor.
El crimen quedó grabado en una cámara de seguridad que su hijo tenía dentro de la barbería ‘Acicalado’, ubicada en el sector de Álamo Norte, en la ciudad de Neiva, Huila. En el registro visual, se observa cómo una persona se dirige caminando mientras desenfunda un arma. Amenaza al barbero y, tras decir unas palabras que no se logran entender, le dispara primero a la altura de la cabeza y, antes de salir corriendo, realiza otro disparo cuando la víctima ya está en el suelo. Posteriormente, el parte médico explicaría que esta segunda bala alcanzó el cuello de Jonathan.
Aunque el ataque no le quitó la vida en el lugar, sí le causó graves daños en el cerebro a nivel neuronal, pues la bala quedó incrustada en su cabeza, además de esquirlas y ocasionó sangrado en el cerebro. Sin embargo, a pesar de toda la adversidad, la familia Trujillo mantenía la fe de que él superaría esta situación. “Estuvimos en oración. Muchas oraciones desde ese día hasta hoy… Nosotros, como creyentes del Señor, pedíamos que lo salvara si Él lo tenía para algo grande; pero no”, dijo Fernando.
Lamentablemente, el parte médico resultó desalentador. Fernando recibió ayer en horas de la mañana una llamada telefónica del Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo, a donde fue remitido Jonathan, informándole que era mejor “dejar ir” a su hijo. “Desgraciadamente, el impacto que tuvo la trayectoria de la bala le destrozó todo el cerebro… Ayer en la mañana le hicieron los últimos exámenes para ver si aún tenía neuronas vivas, pero no, tenía el cerebrito muy destrozado. Entonces los médicos me llamaron y me dijeron que ya no había nada más que hacer. A él le dieron muerte cerebral a las 10:30 de la mañana. Lo tenían conectado solo a las máquinas y nos dijeron que lo dejáramos ir, porque estaba sufriendo mucho”, comentó el afligido padre.
Última voluntad
Jonathan, según cuenta su progenitor, mantenía un diálogo constante con él y con toda su familia. En una de esas charlas cotidianas, les había manifestado cuál sería su última voluntad al fallecer. “En la familia, él decía que, cuando muriera—un día lo hablamos—si algún día quedaba así (con muerte cerebral), él donaría los órganos. Se va a hacer su voluntad y los órganos van a ser donados”, dijo Fernando. Ayer, a las 5 de la tarde, dio la orden para que los médicos dispusieran del cuerpo de su hijo.
Un regalo de Dios
Al hablar sobre Jonathan, se siente la serenidad y el orgullo en la voz del padre, porque su hijo era una persona “agradable de conocer”. Siempre estaba atento de los demás. “Mi hijo fue el regalo más grande que Dios me ha podido dar como padre. Era un excelente hijo, un excelente padre, un excelente hermano y un excelente amigo. Era la persona que todo el mundo conocía y se sentía bien al conocerlo. Aquí tenía muchos amigos; he recibido muchas llamadas de todo Colombia e incluso del extranjero, dándome fuerzas y hablando de quién era Jonathan”, mencionó Fernando.
Este neivano era padre de un pequeño de 7 años a quien amaba incondicionalmente, y ahora queda huérfano de padre. “Jonathan era el pilar de mi hogar, la felicidad. Tenía un niño de siete años, que ahora queda sin padre. Él era la persona que estaba ahí para todos; si usted lo hubiera conocido, le habría agradado hablar con él y escuchar los consejos que daba… Le dimos una buena formación, porque venimos de una familia muy creyente, temerosa de Dios, y desde ahí comienza el amor por las personas también. Ese era Jonathan”, dijo el desconsolado padre.
Soñaba en grande
Una de las metas que Jonathan, con 34 años, de origen barranquillero pero neivano de corazón, tenía, era formar una gran familia para poder dar amor. “El sueño que tenía era tener la familia más grande y amorosa que pudiera haber tenido. Tenía una pareja con la que llevaba 4 años; ella aceptó a su hijo, se querían muchísimo y tenían planes de casarse y tener otro bebé. Ese era uno de los mejores planes que la vida le podía ofrecer a una persona; ¡ese era mi hijo!”, narró Fernando.
Otra de las grandes pasiones de Jonathan era la barbería. Aunque de profesión estudió Ingeniería Dental, la barbería, según cuenta su padre, le dejaba muy buenos ingresos y era un “buen negocio”. “La barbería para él era muy emocionante, decía que era muy buen negocio. Aparte de tener su barbería, él había estudiado ingeniería dental, pero decidió dedicarse a la barbería porque le gustaba y le generaba buenos ingresos. Me comentó que esa noche tenía pensado buscar un carro para comprar, ya que acababan de regresar de un viaje”, dijo Fernando.
“Nos gustaba hablar con él”
Para el padre, es importante esclarecer que su hijo no tenía deudas ni cuentas pendientes, como “comenzó a decir la gente”, sino que, por el contrario, era una persona que siempre buscaba la forma de ayudar a otros y de aportar a la comunidad. “La gente comienza a hablar que él tenía problemas. No, no los tenía. Los amigos dicen: ‘Si Jonathan siempre nos daba consejos, era agradable hablar con él, nos motivaba’. A él le gustaba mucho el deporte. Era una persona confiable, y eso es lo que le duele a todo el mundo, especialmente a los que conocieron a Jonathan; me han llamado y lloran de desconsuelo al saber que su amigo ya no está. La familia está aquí, llevamos dos días en el hospital porque todos quieren estar al lado de él”, comentó el progenitor.
En contra de la violencia
Anoche, la familia Trujillo convocó a través de las redes sociales a una velatón en honor a la memoria de Jonathan. Esta se realizó frente al local donde funcionaba su barbería. Al acto simbólico asistieron vecinos, amigos, familiares y ciudadanos en general. La intención fue alzar una voz de protesta contra la violencia que se ha desatado en la ciudad de Neiva. “Se realizó (en contra) de la violencia que hay en este país; hay tanta maldad. A mi hijo me lo quitaron, destruyeron una familia, destruyeron a muchos amigos, y ese es el mensaje: que la violencia no lleva a nada… Estamos esperando que la justicia haga su trabajo”, concluyó Fernando.
Anoche, los médicos dictaminaron su deceso y se procedió a la extracción de sus órganos. “Donamos los órganos porque queremos que él siga vivo”.