Durante la presente semana, el Gobierno de Gustavo Petro y los bancos alcanzaron un acuerdo para destinar $55 billones, en los próximos 18 meses, en créditos para las actividades productivas de construcción y mejoramiento de vivienda, la industria y la manufactura, la agricultura y el turismo.
“Esto reemplaza lo que habíamos llamado como inversión forzosa, es decir, que no tendremos que ir al Congreso de la República a hacer una ley. Es un pacto, una concertación, un acuerdo entre el sector público y privado”, fue el anuncio que hizo el presidente Petro tras celebrarse el ‘Pacto por el Crédito’. El mandatario reconoció además que el acuerdo es fruto de “varias sesiones importantes de trabajo común, comenzaron en Manizales, Y hemos llegado a un ejemplo de concertación; aún faltan otros paquetes, esos legislativos, de proyectos que también tendrán que ver con la reactivación económica de Colombia”.
Este acuerdo es, francamente, una buena noticia para los colombianos, porque es el primer paso dirigido a recuperar la economía del país, que lleva un buen tiempo con indicadores en rojo en varios sectores clave. Es de conocimiento público que la economía pasa por un estancamiento.
El pacto es también la demostración de que el sector público y el sector privado deben ir de la mano para contribuir al crecimiento del país. No puede haber prosperidad en las regiones colombianas si el Gobierno va por un lado y la clase empresarial va por el otro; está más que claro que por el bien del país, no se pueden odiar ni prescindir ni despreciar.
Hoy, Colombia requiere de mayores inversiones en la generación de empleo, la infraestructura y la vivienda, pero al mismo tiempo necesita que el Gobierno de Petro ejecute más, sea austero y eficiente en el gasto público.