El reciente análisis del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, con base en cifras de Migración Colombia, reveló que entre enero y julio de 2024 llegaron al país 3.701.202 visitantes no residentes, cifra superior en 7,7% a la registrada en los siete primeros meses del año pasado, cuando arribaron 3.435.273.
Durante el mismo periodo aumentó el número de visitantes extranjeros –sin incluir venezolanos– que llegaron a hacer turismo al país, al pasar de 2.200.931 en 2023 a 2.448.075 en 2024, lo que representa una variación del 11,2%. Mientras que los colombianos residentes en el exterior aumentaron un 6,1% al pasar de 871.682 en los siete primeros meses del año a 925.231 en el mismo periodo de este año.
Ahondando más en estos datos se aprecia que por procedencia, Estados Unidos fue el país con el mayor flujo de visitantes extranjeros a Colombia en los siete primeros meses del año, frente a igual periodo del año anterior, con una participación de 28 %. Seguido de México, Ecuador y Chile. En cuanto a las regiones preferidas por los visitantes no residentes en estos primeros siete meses de 2024, Bogotá sigue ocupando el primer lugar con el 37 % de las llegadas, por delante de Antioquia, Bolívar y Valle del Cauca.
Estas cifras son una buena noticia para el país. La llegada de extranjeros en calidad de turistas es de por sí un logro porque quiere decir que a pesar de las inmensas dificultades que tiene Colombia en materia de orden público, el mundo insiste en mirarnos y visitar nuestra riqueza natural, cultural y gastronómica.
Lo que se debe buscar ahora es qué hacer para incentivar la llegada de más turistas al país y, particularmente, qué estrategias serias, efectivas y duraderas debe implementar el Huila para competirle a Bogotá, Medellín, Cartagena o Cali. Una de las tantas estrategias pasa necesariamente por el apoyo real a proyectos de infraestructura que le den impulso a la capacidad turística de la región.