El caso de la red delictiva señalada de realizar trámites irregulares de tránsito en el municipio de Pitalito y la cual fue desmantelada esta semana por las autoridades, nos recuerda una vez más cómo la corrupción es un monstruo de mil cabezas que no para de reproducirse en el Huila y Colombia. Nos pone de presente que siguen siendo miles y miles de millones de pesos los que se van por el sifón de aguas negras de los ‘torcidos’ en las alcaldías, las gobernaciones y el Gobierno Nacional.
Lo que ha puesto en evidencia la Fiscalía General de la Nación es increíble: todo un bien organizado grupo de personas, entre ellas agentes de tránsito, tramitadores, funcionarios y contratistas del Instituto de Tránsito y Transporte de Pitalito, en ‘modo delinquir’.
Según las investigaciones del CTI de la Fiscalía, los presuntos integrantes de la estructura delictiva, al parecer, ubicaban infractores y les ofrecían ayuda para recuperar los vehículos inmovilizados, y evitar que las multas fueran cargadas a los sistemas oficiales. Por esta intermediación ilícita cobraban entre 100.000 y 1’000.000 de pesos.
Asimismo, se estableció que estarían involucrados en el hurto de partes de motocicletas y automóviles, que eran vendidas como chatarra; y en otras maniobras ilícitas como eliminación de infracciones, obtención ilegal de matrículas para maquinaria amarilla y aprobación de licencias de conducción para personas que no tenían la idoneidad ni cumplían los requisitos de ley.
Por esta razón, los 14 capturados que dejaron los operativos hechos por la Fiscalía, con el apoyo del Ejército, deberán responder por los delitos de concierto para delinquir, peculado, concusión, hurto y falsedad material en documento público.
Las autoridades tienen la obligación de continuar con las investigaciones alrededor de esta red delictiva no solo en Pitalito sino en otros municipios del Huila en donde es un ‘secreto a voces’ los trámites irregulares de tránsito.