Ingresas a una tienda, ¿disfrutas ser recibido con una sonrisa, en un espacio limpio y bien organizado? Los modelos de negocio cambian constantemente y la diferencia entre destacar o ser uno más se encuentra en cómo conectamos con las personas. Debemos transformar cada interacción en una experiencia memorable.
La esencia de un buen servicio al cliente radica en la empatía para entender al cliente de forma genuina, y la creatividad para sorprenderlo y darle una razón para volver. No se trata solo de seguir un manual de atención; se trata de crear una historia única para cada persona que cruce nuestra puerta o ingrese a nuestra página o perfil. La creatividad no es exclusiva de los artistas o genios; es la herramienta de cualquiera que quiera marcar diferencia.
Un servicio al cliente impregnado de creatividad es lo que nos hace ser inolvidables. Los detalles pequeños, como recordar el nombre de un cliente o anticipar sus necesidades, pueden parecer triviales, pero juntos crean una experiencia que va más allá. La verdadera magia ocurre cuando logramos transformar una simple transacción en una relación significativa.
En Neiva la atención al cliente en la mayoría de los casos es muy folclórica y tiene un largo camino por recorrer. La interacción con turistas o visitantes se convierte en una oportunidad para engañar. Este enfoque busca el beneficio inmediato, ignorando el impacto a largo plazo. La clave no está en exprimir al cliente sino en crear un vínculo que lo haga regresar. Ser creativos en nuestra vocación de servicio es hacer que cada persona que nos visita se sienta como en casa.
En los negocios como en la vida y hasta en el amor, quienes se destacan no son los más fuertes ni los más inteligentes, sino aquellos que encuentran maneras creativas de conectar. Ya sea resolviendo un problema de forma innovadora o añadiendo un toque personal a cada detalle, la creatividad nos da la capacidad de ofrecer algo que nadie más ofrece a veces inclusive a un menor costo.
Marcar la diferencia no es opcional. Es lo que nos permite prosperar en un mundo competitivo. Esta frase que dicen que dijo Maya Angelou resume esta columna: “La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo los hiciste sentir.” Lo que los clientes digan de tu marca y la percepción que se lleven será la mejor inversión en publicidad. La creatividad, aplicada con empatía, te otorgará trascendencia y credibilidad, más allá de cualquier estrategia de marketing.
Es toda una cuestión personal de actitud frente a la vida y sobre todo frente a los complicados negocios en Latinoamérica. Crear conexiones emocionales es una ventaja comparativa indiscutible, transformando cada interacción en una experiencia positiva y memorable que debemos poner en práctica urgente, generando una interacción auténtica. Al final, todos buscamos lo mismo: sentirnos especiales, ser vistos y apreciados de una manera que no sea genérica y ganar más que los impuestos que nos cobran.