La Nación
Vuelve el perro arrepentido 1 27 septiembre, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Vuelve el perro arrepentido

Sin aplausos y con tan solo un 25% de asistentes, quienes no se retiraron del recinto quizá por diplomacia, previa su aparición en el atril, volvió a ser el panorama durante el discurso de Gustavo Petro en la ONU.

Disertación obtusa, desarticulada y cacofónica, la cual además de no haber hecho mención alguna a Colombia, su patria, por el contrario; fue una desagradable y hasta vulgar muestra de su deprimente postura política frente a tantos temas vitales que requiere la nación, o relevantes que de manera indirecta también recaen en territorio colombiano, como lo es la crisis en Venezuela, la cual prefirió no castigar.

De seguro, a las palabras del presidente les faltó el trabajo arduo de su equipo de comunicaciones, en cabeza de sus editores quienes, con el mismo objetivo del año pasado, debieron haber agregado apartes de aplausos y tomas de apoyo del discurso de Joe Biden, con el objetivo de demostrarle a sus secuaces, que él, cambió el liderazgo fraterno que tiene en Colombia, como cabecilla de izquierda, por el de líder innato de la “revolución mundial”.

Por el contrario, “con el hocico partido y el rabo entre las piernas”, Petro abandonó el atril, no sin antes haber tomado su discurso, ignorado y sin autoridad, para expandirlo como el “virus de la vida” por ese universo paralelo que solo existe en lo más recóndito de sus descabelladas ínfulas de poder.

La fanaticada internacional del presidente de los colombianos quedó ansiosa de saber los avances de “la paz total” o, por lo menos, de esos grandes logros del “gobierno del cambio” que merecen ser replicados en el planeta como el de tener la oportunidad de gritarle al mundo que en Colombia hoy, quienes pertenecen al SISBEN 1 y 2, tienen la oportunidad de alistar maletas para aprovechar la época más económica del año y poder dejar de lado el “vivir sabroso”, por “la dolce vita” en Europa.

Lo anterior, gracias a que estos connacionales están exentos en el pago de su pasaporte.

Ya es hora de que Petro confirme por decreto, el desastre natural que le ha causado su desgobierno, omisiones y apariciones en público al país; y de una vez por todas, al igual que sus dos últimos altos funcionarios como lo es el caso de Dagoberto Quiroga (Superintendente de Servicios Públicos) y Carlos Fernando García (Migración Colombia) renuncie, porque es más que evidente que no solo en los estadios, los asistentes gritan o quisieran quitar ¡Fuera Petro!

No obstante, la terquedad es un síntoma de la imposibilidad de poder captar los puntos de vista de los otros, de ahí que tengamos que aguantar a que vuelva este perro arrepentido.