El docente universitario Hugo Cabrera fue asaltado mientras sacaba a pasear a sus mascotas en el barrio Ipanema, en el oriente de Neiva. Tres individuos, de mal aspecto, lo sorprendieron, como aves de rapiña, y lo despojaron de sus pertenencias. Así fue el atraco.
Hernán Guillermo Galindo M
hernan.galindo@lanacion.com.co
El docente y periodista Hugo Cabrera fue víctima de un violento asalto, en un episodio que refleja la creciente ola de criminalidad en la capital del Huila. Cabrera compartió con La NACIÓN los detalles de su traumática experiencia, subrayando la necesidad urgente de medidas más efectivas para garantizar la seguridad de la comunidad.
Sobre el momento del atraco, Cabrera refirió que, como todos los días, salió a pasear sus mascotas, confiado en el ambiente de seguridad en el sector de Ipanema, donde reside.
“Salí, como es mi costumbre, todos los días a las 6 de la mañana. Saco a los perritos de la casa para que hagan sus necesidades. Luego, al mediodía, vuelvo y los saco, y en las horas de la noche, cuando llego de mis actividades, vuelvo y los saco a pasear alrededor del condominio, donde muchísima gente sale con sus mascotas a hacer este mismo recorrido”, relató.
Continuó diciendo que eran las 7:30 de la noche y todavía había actividad en la calle, “por lo que no me imaginé que me fueran a atracar porque en realidad nunca se había presentado una situación parecida en este sector, pero siempre hay una primera vez”, añadió.
Todo sucedió muy rápido, al punto que Hugo Cabrera no alcanzó a reaccionar y solo se limitó a entregar sus pertenencias a los tres sujetos que lo abordaron por la espalda, como se aprecia en un video de seguridad de la zona en el que quedó registrado el momento del atraco.
La realidad
Hugo Cabrera mencionó inicialmente que haber techado el polideportivo, pudo ser una causa probable del atraco, llegó gente de otros sectores, pero enseguida agregó que tampoco se les puede achacar la culpa a los eventuales deportistas.
“Tampoco me dio pie eso para pensar que me fueran a atracar, porque me sentía seguro. Estaba en la parte posterior de mi vivienda; incluso mi esposa fue testigo del atraco. Ella, desde el balcón, miraba y gritaba que me ayudaran, mientras los tres delincuentes me robaban.
Luego llamaron a la Policía, que llegó media hora después de sucedido el atraco. Mientras tanto, Hugo recibió la solidaridad de sus vecinos, al punto que intentaron seguir a los delincuentes.
“Los ladrones se metieron por una zona boscosa que hay detrás del polideportivo del barrio Ipanema. Por ahí se bajaron y nosotros dimos la vuelta por el Siete de Agosto, porque veíamos con el rastreador que el celular se movía hacia ese sector. Dimos la vuelta para tratar de interceptarlos y finalmente pararon en la mitad de un bosque. Ya nos dio temor meternos por allá y ahí paró la persecución”.
Ya había llegado la Policía y, como uno de los perseguidores pertenecía a la fuerza pública, en compañía de los agentes, ingresaron al bosque y encontraron esparcidos los documentos de Cabrera y los recuperaron.
Reflexiones
Hugo Cabrera hace una serie de reflexiones tras haber salido sin ningún daño físico. Lo primero que dijo es que no podemos tomar justicia por mano propia.
“Yo escribí una columna hace tres semanas sobre la ‘paloterapia’ y me parece que es una salida incorrecta. No podemos, porque los ladrones acechan, cogerlos y volvernos los victimarios después de ser las víctimas; eso le corresponde a la autoridad”, sostuvo.
“Tampoco le puedo echar la culpa a la Policía porque la Policía no es la que lo atraca a uno. La Policía reacciona y va hasta donde se lo permite la justicia, no les permite ir más allá. Ellos capturan y se sienten además desmotivados porque cuando capturan a un delincuente, más adelante, dos o tres días después, o en muy poco tiempo, lo ven circulando nuevamente en las calles y cometiendo los mismos delitos”.
Como reflexión final, dijo que tampoco le puede echar la culpa al Alcalde, porque él tampoco manda a los delincuentes a atracar.
En parte, le atribuye lo sucedido a un fenómeno que es del orden nacional y cree que se está presentando en muchas ciudades. “Tiene que ver con una desbordada presencia de migrantes que han afectado mucho los índices de delincuencia, sumado a la falta de oportunidades para la juventud”.
“No salí lastimado gracias a Dios”
Hugo Cabrera cuestionó la estrategia de seguridad que diseñó el Gobierno Municipal junto con la autoridad, que para él es una estrategia que no está bien diseñada y cree que eso está permitiendo que ocurran este tipo de situaciones como la que lo afectó.
Se mostró agradecido por haber salido bien librado y, a manera de anécdota, recuerda cómo el que le rapó el celular le tumbó el machete a otro de los atracadores. Él se limitó a mirar el arma blanca y quedarse quieto; el sujeto la recogió y se fue.
“Yo he escuchado de muchos: del médico al que le pegaron un tiro, del otro al que le metieron dos puñaladas, o de una señora que venía bajando por Ipanema y le metieron una puñalada en una mano y en un hombro, y así sucesivamente. Yo, afortunadamente, no salí lastimado gracias a la voluntad de Dios”, dijo.
Añadió que se “debe analizar que hay un tema de descomposición social y, a la par, un tema grave de descomposición mental. Mientras eso siga así, pues es complejo, porque si no hay una estrategia encaminada a reducir esta problemática, no va a haber forma de detener la delincuencia”.