El Procurador General de la Nación es elegido por el Senado de la República a partir de terna conformada por el Consejo de Estado, la Corte Suprema de Justicia y el Presidente. Con la nueva elección entraba en juego la continuidad de Vargas Lleras y los Char o la posibilidad de un Procurador cercano a Petro.
Vargas Lleras tenía todo cuadrado. Logró arrodillar al Consejo de Estado y a la Corte Suprema de Justicia. Impuso dos candidatos de bolsillo. ¡Increíble! Los Magistrados y Consejeros de la Rama Judicial celebrándole a Vargas y a los Char que utilicen la Procuraduría como arma política y como fortín burocrático. La Justicia entregada a la corrupción. Por eso el desprestigio.
Mientras tanto, Petro expidió una convocatoria, pero sabía que ninguno de los inscritos tenía oportunidad frente a los candidatos de Vargas Lleras. El Presidente sacó el “as” bajo la manga. Decidió no escoger ninguno de los inscritos en su convocatoria y echar mano de Gregorio Eljach, Secretario General del Senado desde hace 12 años, quien se había inscrito en la convocatoria de la Corte Suprema de Justicia, pero que fue desechado por Vargas Lleras. Pasaron unas horas y Eljach ya tenía los votos para ser Procurador. “Ganó” Petro
Esta “victoria” no puede ser motivo de alegría o celebración. Gregorio Eljach está muy lejos de ser petrista. Esta “jugadita”, aunque muy hábil y superior en comparación a las de Macías, le hace daño al país.
La hoja de vida y trayectoria de Gregorio Eljach es malísima para el cargo que va a ejercer. Eljach no tiene experiencia en derecho disciplinario ni en la rama judicial. Eljach tiene una amplia trayectoria sobando chaquetas, cargando maletas, haciendo favores como conseguirles oficina a los senadores, corriéndoles la silla, llevando y trayendo razones, arrodillándose a los gobiernos de turno y en eso no le gana nadie.
Entregarle a Eljach la Procuraduría es un acto de barbarie institucional y lo más grave es que las Cortes por odio a Petro presentaron dos candidatos del bolsillo de Vargas Lleras igualmente cuestionables.
Esta es una derrota disfrazada de victoria. Es el fracaso absoluto de la idea despolitizar la Justicia Disciplinaria y es la claudicación del Estado a la corrupción. Los políticos continuarán con su banquete con los miles de cargos de la Procuraduría y persiguiendo enemigos.
El general griego Pirro de Epiro al observar que había derrotado a los romanos, pero que el número de bajas en sus filas era similar a la de su oponente, dijo: “Otra victoria como esta y estoy perdido”.
Señor Presidente: Otra victoria como la de Gregorio Eljach en la Procuraduría y el país queda en un régimen de corrupción peor al que encontró y que Usted tanto cuestionó y juró combatir.