Si alguien pensó que el villalbismo se quedaría quieto después de la Gobernación del Huila, se equivocó. Rodrigo Villalba es de esos políticos que no cede espacio y está dispuesto a hacer política- o interferir- hasta la tumba. Faltan dos años para las próximas elecciones; ha hecho ocho meses de una gobernación gris y sin mayor futuro, y ya quiere ubicar sustitutos.
Flora Perdomo, por ejemplo, no se conforma con estar pensionada, ser congresista, y ser la mujer más poderosa del Partido Liberal y la Gobernación del Huila, incluso por encima de Marlio Villalba, el hermano y sombra del hoy mandatario regional. Buscan convertirla en gobernadora, así ella lo niegue frente al espejo. No contentos con la administración “sin vergüenza” de Luis Enrique Dussán- hoy feliz, empresario del turismo en la cálida Barichara-, el liberalismo quiere pensar prematuramente en gobernar otros cuatro años el Huila. Es decir, 12 años, en manos del trapo rojo de Villalba.
Perdomo – como ocurre con la política tradicional-, organizó un evento del Amor y la Amistad en Neiva. Hubo música, tarima, discurso, regalos, premios y poca gente. Quienes asistieron, según las fotos y videos que me compartieron, se ven aburridos, casi obligados a estar en un acto donde ‘Florita’ quiso medir su temperatura. Ella tiene derecho a aspirar, ni más faltaba. Pero los huilenses también tienen derecho a reclamar por su silencio cómplice con el gobierno de Gustavo Petro que le recortó los recursos al Huila en un 16 por ciento en 2025.
Si quieren responsabilizar políticamente solo a Leyla Rincón, ¿por qué no meten en la misma bolsa a Flora Perdomo? Acaso, no saben que es más petrista que Leyla y hace parte del combo de parlamentarias liberales llamadas “sin Piedad” porque se lanzaron a los brazos del Gobierno, menos la parlamentaria Piedad Correal. Por si no lo saben, ‘Florita’ está en riesgo de caer en un “coma diabético” por cuenta de la Casa de Nariño.
Flora, sin duda, le vota todo a Petro en el Congreso. Y no es gratis. Y no le importa el Huila ni el recorte de recursos. Como casi todos los políticos tradicionales, le encanta suplirse ella y su combo. Mientras tanto, la región que espere.
Habrá que esperar cómo le va a Rodrigo Villalba que está empezando- ojalá bien-, para mirar quién lo reemplazará porque falta mucho tiempo. Sin embargo, de ese resultado difícilmente dependerá el nombre del próximo gobernador. A Dussán le fue pésimo y puso sustituto.
Por cierto, están desempolvando a Luis Enrique Dussán para el Senado. Por eso, ya canta boleros en reuniones privadas, corta cintas y lanza uno que otro discurso. Eso sí, no explica qué pasó con los más de 6.000 millones que pagó su administración por la compra de seis carrotanques que están arrumados porque no sirven para apagar incendios. Viva el silencio.