La Nación
“Me lo quitaron por unas simples monedas” 1 16 octubre, 2024
NEIVA

“Me lo quitaron por unas simples monedas”

La vida de Robert Julián Méndez Aparicio, un mayor del Ejército retirado y protector de su familia fue truncada trágicamente durante un robo en el que delincuentes lo asesinaron en jurisdicción de Palermo, en la vía al Peaje Neiva. Su esposa, Deisy Pulgarín, clama justicia en medio del dolor y la impotencia tras perder a su compañero, aquel con quien tenía muchos proyectos. El relato es impactante.

María Alejandra Ruiz Mallungo

@amperiodista

maria.ruiz@lanacion.com.co

Para Deisy Pulgarín, la vida de su esposo, Robert Julián Méndez Aparicio, tenía un valor incalculable. Durante sus 15 años de matrimonio, él fue el protector de la familia, un hombre lleno de proyectos y grandes metas que se habían prometido realizar juntos. La primera de ellas fue el modesto puesto de pasteles y empanadas que habían iniciado con mucha convicción, ubicado en jurisdicción de Palermo, en la vía al Peaje Neiva. Por eso, para Deisy se hace “imposible comprender” cómo hay personas sin sentido de la moral, que redujeron el valor de la vida del militar retirado a 60 mil pesos, que eran las ganancias obtenidas la noche del pasado viernes 4 de octubre, cuando Robert fue asesinado durante un robo.

“¡Justicia! Justicia por esta muerte. Arrebataron la vida de un esposo, un padre, un hijo… de un buen hombre, de mi compañero del alma. Me lo quitaron sin piedad, por unas simples monedas, por 60 mil pesos. No es justificación suficiente para acabar con una vida tan valiosa. No es justo”, manifestó Deisy en medio de la compañía de vecinos, hijos y familiares que asistieron en señal de solidaridad a la velatón en honor a su esposo.

Los hechos

Ese viernes, Robert, junto a su esposa y su hija, iniciaron diligentemente la venta de comida a la entrada del barrio Villa Constanza a las 3 de la tarde, su hora habitual. Cuatro horas y 30 minutos después, la tragedia los alcanzaría. Cuando ya se disponían a cerrar el pequeño negocio y los últimos clientes estaban presentes, llegaron dos hombres en una moto, sacaron un arma de fuego y apuntaron al militar retirado, exigiéndole que les entregara un pequeño bolso donde se encontraba el dinero que habían ganado aquel día.

“Yo estuve presente en el momento de los hechos. Como era habitual, siempre llegábamos alrededor de las tres o tres y media de la tarde y atendíamos a clientes fijos. Nos estaba yendo muy bien, y desafortunadamente, a las 7:30 llegaron dos sujetos en una moto. De inmediato le apuntaron a él y le exigieron el dinero y el bolso. Él se preocupó, ya que la niña también estaba allí. Estaba angustiado por si le hacían algo a ella o a alguno de los que estábamos presentes. Extendió sus brazos, como diciendo que no hicieran nada”, expresó Deisy entre lágrimas.

La reacción protectora de Robert, buscando defender a su familia, es característica de alguien que, durante sus 21 años de carrera militar, tuvo que enfrentar adversidades y situaciones de suma violencia que lo llevaron a actuar para salvaguardar la vida de muchos compatriotas. Sin embargo, en esta ocasión, la violencia e inseguridad indiscriminada que han azotado a Neiva y sus alrededores en los últimos meses le arrebataron la vida. En enero del presente año, Robert se había pensionado del Ejército Nacional de Colombia.

“Logré quitarle el bolso a mi esposo y se lo lancé (a los ladrones) con la idea de que se fueran. Era lo que estaban pidiendo. Cuando se los di, le dispararon a mi esposo. Él alcanzó a dar dos pasos y cayó al suelo. Lamentablemente, no se pudo hacer nada; en mis brazos, perdió la vida”, manifestó Deisy con profundo dolor.

La bala en el pecho que recibió el militar retirado afectó sus órganos vitales, desencadenando su fallecimiento en cuestión de minutos. Deisy, quien estuvo a su lado hasta que su corazón dejó de latir, no comprende por qué hay personas que le quitan la vida a quienes solo desean seguir adelante y trabajar.

“Son tantas preguntas, y ¿quién me las va a responder? No sé. Me pregunto por qué hicieron esto si les di lo que querían. ¿Qué más deseaban?”, cuestiona Deisy sobre los actos de los delincuentes.

“Rabia y dolor” 

Para Deisy, estos días han sido una pesadilla interminable. Ha pasado momentos deseando que todo sea solo un mal sueño, y en medio de ese sufrimiento se pregunta: “¿Esto será una pesadilla? Por favor, sáquenme de esta pesadilla tan larga; no quiero sentir más dolor. Pero sigo y sigo, y sé que ya no está más con nosotros, y eso no cambiará”.

Al mismo tiempo que desea que todo sea una mentira, también la invade un sentimiento de rabia por la injusticia que ahora padece todo el círculo familiar de Robert por su muerte. “Siento rabia, mucha rabia. Porque él no hacía nada malo. Trabajaba por nuestros proyectos; teníamos muchos planes y este fue nuestro primer proyecto. Nos lo arrebataron todo. Como se dice, lo material va y viene, pero una vida no. Esa ya se acabó, y no puedo recuperarla”, menciona Deisy.

Y es precisamente porque sabe que su amado esposo no volverá que, a través de velatones, exige justicia y acciones contundentes de las autoridades. “Que haya justicia, que las personas que hicieron esto respondan. No le devolverá la vida, pero hoy estamos nosotros sufriendo este dolor; mañana podría ser otra familia inocente la que sufra”, concluye Deisy.

Recompensa

El alcalde del municipio de Palermo, en el Huila, Kleyver Oviedo Farfán, ratificó en que hay vigente una recompensa de entre 5 a 10 millones de pesos para quien de información y lograr “dar con el paradero de estos responsables” que le cegaron la vida a Robert Julián Méndez Aparicio.

“Le he pedido al comandante de la Policía Metropolitana de Neiva, que es necesario reforzar el número de cuadrantes, que están sobre esta zona, que hoy alberga una población bastante importante… por ende venimos reclamando de forma enérgica la presencia de la institucionalidad”, menciona Oviedo.