El soldado profesional y socorrista militar, Luis Carlos Castro Rojas, encontró en la medicina una forma de aportar a la institución y a la sociedad, tras presenciar la muerte de su compañero en combate. Su valentía y dedicación lo convierten en un elemento vital para sus compañeros en terreno, poniendo en riesgo su propia vida por cumplir con su deber.
María Alejandra Ruiz Mallungo
@amperiodista
“Hasta ese momento, en el que vi a mi compañero caer muerto, no había pensado en la importancia de la sanidad (medicina). Luego de eso comenzó a gustarme. Cuando hacían capacitaciones de sanidad, yo iba y ponía un poquito más de cuidado, porque muchas veces uno va, pero pues, está la mente en otro lado”, narra el soldado profesional y socorrista militar, perteneciente a la Novena Brigada del Ejército con sede en Neiva, Luis Carlos Castro Rojas, quien, tras vivir uno de los momentos más tristes en su vida profesional como lo es presenciar la muerte de su compañero en medio del combate, vio en la medicina, una forma de aportar a la institución y a la sociedad.
“Ingresé al Ejército en el 2008 a prestar servicio en Tunja, de ahí en el 2010, ingresé a la Escuela de Soldados Profesionales, ¿Por qué lo hice? Porque es una profesión muy bonita, también por lo económico, por tener un trabajo, siempre es muy importante tener un trabajo estable para uno y también por hacer algo por el país, porque es importante para nosotros, aportar al país”, habla orgulloso Castro.
Ayudar al compañero
Para Castro, el momento en que su compañero –con quien llevaba 4 años de amistad desde el inicio de su carrera– en medio del combate, recibe un disparo en el pecho y que este, más allá de ver por su propia integridad, diera su último aliento para evitar que sus compañeros fueran víctimas también, les indicara desde donde había atacado el enemigo, lo llevó a reflexionar sobre la necesidad de haber hecho algo más, por su amigo.
“…Salí a trabajar al Cauca, y bueno, allá pasaron muchos sucesos, que fueron los que me llevaron a querer hacer parte de la Sanidad Militar. Primero, fue por causa de que caímos en una emboscada, esa vez a mi compañero le dan el disparo en el pecho; le pegó en todo el corazón, él en esos segundos de vida, en vez de preocuparse por él, nos avisó en donde estaba el enemigo, porque estaba relativamente muy cerca. Entonces él preocuparse tanto por nosotros, y pues en ese momento, no había quien le brindara los primeros auxilios, ni quien estuviera pendiente de él” según Castro, fue el momento en que su vida cambió radicalmente.
Su importancia para la sociedad
La labor que desempeña Castro, como socorrista, traspasa los muros de la institución a la que pertenece, pues, su compromiso es salvar la vida de todas las personas que requieran de sus conocimientos, sobre todo en aquellos lugares apartados, donde la salud llega a través del Ejército Nacional.
“Muchas veces los socorristas militares hemos ayudado a las mujeres en su parto… Si no hubiera habido un socorrista militar, muchas de esas vidas se hubieran perdido ya sea de campesinos o de otras personas. Los socorristas militares, o el ejército en general, como hace presencia en todas esas zonas que son tan aisladas, nosotros le podemos dar una atención a cualquier persona…lo que aprendemos como enfermeros, se sale de los muros de la institución”, comenta Castro.
En campo, los socorristas militares ponen en riesgo su propia vida por ir a cumplir el deber de salvar la de sus compañeros en terreno, es decir el trabajo de Castro lo convierte en alguien vital, para los compañeros que caen en medio del combate, incluso, siendo ellos “objetivo militar” por portar el uniforme del Ejército.
Actualmente, sigue avanzando en el conocimiento de la medicina, estudiando Regencia en Farmacia.