El Ministro del Interior Juan Fernando Cristo, desde el momento en que se posesionó en su actual cargo, recibió la orientación del Presidente de buscar un acuerdo nacional con las diferentes fuerzas políticas, empresariales, laborales y sociales, que mejore el actual ambiente de confrontación y radicalidad en la política nacional. Además, que permita el diálogo entre las distintas tendencias ideológicas para facilitar acuerdos en torno a las principales reformas que se propusieron al país durante la campaña electoral y que aunque resultaron triunfantes, están siendo frenadas en el Congreso, como las reformas: laboral, de salud, educativa, agraria, la búsqueda de la paz total y la reforma política.
Aunque el ministro Cristo ha puesto toda su inteligencia, sagacidad y compromiso en el cumplimiento de esta labor, la decisión del Consejo Nacional Electoral de abrir una investigación contra el Presidente y los directivos de la campaña electoral, violando flagrantemente su fuero constitucional de ser investigado y juzgado sólo por la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes y de hacerlo en los tiempos que la ley otorga a las campañas presidenciales, ha sido visto por el Presidente y las fuerzas políticas que lo apoyan como un “lawfare” (guerra jurídica) y el comienzo de un golpe de Estado blando, tal como ha ocurrido reiteradamente en otros países latinoamericanos contra la izquierda en los últimos años.
Es indudable que no existe un ambiente político propicio para llegar a acuerdos que faciliten reformas progresistas y que permitan unas próximas elecciones relativamente tranquilas. Los dos partidos de la extrema derecha, el Centro Democrático dirigido por el expresidente Álvaro Uribe y Cambio Radical de Germán Vargas Lleras, aunque muy debilitados políticamente, han logrado liderar una oposición radical al actual gobierno, para los cual han tenido decidido apoyo de expresidentes como Andrés Pastrana, César Gaviria e Iván Duque.
En estas circunstancias el centro político se ha reducido a su mínima expresión. Aquellos partidos que pudieron considerarse de centro, como el liberal, el conservador, la U. y los Verdes, hoy les falta cohesión ideológica y política. Así, una parte de ellos apoya la extrema derecha y otra suma apoyos a la izquierda en el llamado progresismo. Esta circunstancia hace muy difícil el acuerdo nacional que promueve el ministro Cristo.
En las anteriores circunstancias, donde se imposibilita un acuerdo político total, se abre espacio a un gran acuerdo nacional de las fuerzas progresistas del país, incluidos las organizaciones empresariales y gremiales tanto de patrones como de trabajadores, que permita caminos de negociación para la paz, el impulso a reformas sociales que conduzcan a un país más justo y equitativo, así como la defensa de una democracia pluralista donde se respete a la oposición.