Más compungido, pero al mismo tiempo más horrorizado, no podía amanecer ayer el Huila con la lamentable noticia de la incursión de disidencias de las Farc la noche del jueves al municipio de Nátaga, ubicado en el occidente del departamento y conocido ampliamente por su santuario en honor a la Virgen de las Mercedes, que congrega anualmente a miles de peregrinos.
Como ya se sabe, una buena cantidad de sujetos, provistos de armas de largo alcance, irrumpieron en las calles del pueblo y arremetieron indiscriminadamente contra la Estación de Policía. Producto del ataque, fueron asesinados el intendente Leonardo Trujillo Tovar, comandante de la unidad policial, y el patrullero Carlos Andrés Hernández Ospina. Ambos recibieron tiros de fusil y aunque alcanzaron a ser auxiliados y trasladados a un centro asistencial, fallecieron.
Además de indignante, el hecho es inmensamente desesperanzador porque ratifica el mal momento por el que pasa la seguridad producto del fortalecimiento de las disidencias de las Farc en el occidente del Huila y pone de vuelta a los huilenses al pasado cuando a finales de los 90 y comienzos del 2000 la entonces guerrilla irrumpía en pueblos y atacaba si piedad estaciones de policía.
La verdad esto pasa porque las disidencias tuvieron todo el 2023 y este 2024 para expandirse, amparadas en la política de ‘Paz total’ del Gobierno de Gustavo Petro, que decretó ceses al fuego sin ningún tipo de control ni verificaciones. La situación ha sido tan evidente que el propio Gobierno ha salido a reconocer que las disidencias aprovecharon las conversaciones de paz para desarrollar un plan de fortalecimiento y expansión en varias regiones del país, incluyendo el Huila.
Esta incursión violenta a Nátaga, indiscutiblemente, impactará aún más en la imagen, economía y desarrollo del occidente huilense, que ha buscado que se le vea como un destino turístico religioso.
Lo más grave es que no se vislumbran acciones contundentes por parte del alto Gobierno que hagan pensar que estas incursiones violentas no se volverán a repetir en el Huila.