La reforma laboral promete “devolverles los derechos laborales a los trabajadores”, pero esas garantías tienen un costo adicional que deberían pagar los empleadores. Para Fedesarrollo, provocará que “aumenten el desempleo y la informalidad”.
La reforma laboral aprobada en segundo debate en el Congreso de la República ha prendido las alarmas en muchos de los empleadores del país, por los costos laborales adicionales que supondría, en aras de “devolverles los derechos laborales a los trabajadores”, y construir “un sistema laboral justo”, como ha recalcado el Gobierno Nacional.
El Gobierno ha reiterado que esta reforma propende por el bienestar de los trabajadores y “no busca acabar ni cerrar empresas, y mucho menos a las pequeñas y medianas empresas para las que tenemos un artículo especial que las protege”.
Pero el cambio en el horario de la jornada diurna y nocturna, como en los recargos dominicales y festivos, entre otros, generarán costos adicionales que más de un empleador rechaza.
“Con lo aprobado en la Cámara se mantienen los artículos que generan altos costos, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas, que constituyen el 97% del tejido empresarial colombiano, todo esto pese a la advertencia de un grupo importante de congresistas que entienden los efectos nocivos que la propuesta del Gobierno acarrearía para el sector empresarial y, en consecuencia, para la economía y la generación de empleo”, manifestó ayer Fenalco.
Al gremio de los comerciantes formales del país les preocupa “especialmente la reducción de la jornada diurna hasta las siete de la noche. Esta disposición, que aumentará los costos laborales en 8.95%, y el aumento de la remuneración en domingos y festivos, que implica un incremento del 25% de los costos, afectarán especialmente al comercio, las tiendas de barrio, panaderías, cafeterías, restaurantes, hoteles, empresas de transporte, logística y vigilancia, entre muchas actividades de la economía”.
También rechazan las mejores condiciones para aprendices. Y recordaron que recientemente realizaron una encuesta empresarial en la que “el 31% de los empresarios manifestó que de llegar a encarecerse los costos laborales, producto de la reforma, tendrían que verse obligados a reducir o evitar la contratación de nuevo personal. El 21% de los empresarios ajustaría los horarios de atención para reducir costos; el 19% afirmó que tendría que hacer ajuste de precios; el 17% acudiría a sustituir mano de obra por tecnología; el 12% prescindiría de personal no contratado a término indefinido; el 7% reduciría los turnos de trabajo nocturno y el 6% estudiaría la posibilidad de cerrar puntos de venta”.
La informalidad
Otro ingrediente adicional a este debate público, fue agregado por parte del centro de investigación económica y social – Fedesarrollo.
El director de la entidad, Luis Fernando Mejía manifestó mediante X que repuntará la informalidad e impactará a las pequeñas empresas de manera lesiva.
“Con un 56% de los trabajadores en la informalidad, la reforma laboral encarece el empleo formal. Esto afectará especialmente a los microestablecimientos comerciales, cuyos costos operativos subirán un 12%. Como resultado, es previsible que aumenten el desempleo y la informalidad”.
Otras de las críticas de expertos y detractores indican que la reforma en el fondo no generará más empleo ni bajará la informalidad, sino todo lo contrario.
En medio de estas alertas, el Gobierno Nacional ha subrayado que la propuesta “va enfocada a que Colombia transite hacia estándares nacionales e internacionales, pero sobre todo que el país vaya hacia un enfoque de derechos, esa es la esencia de este proceso y que se cumplan los compromisos”.
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