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“Demostró que tiene más pantalones que cualquiera en el Huila y, contrario a otros políticos de la región que huyen por las alcantarillas, Cielo González respetó a la justicia”…
Si tener pantalones es cometer actos de corrupción y estar tras las rejas, Colombia entonces está llena de “próceres” que merecerían monumentos para agradecerles por su valeroso trabajo de robarse los recursos públicos de todos y “respetar la justicia”.
Gran parte del problema que tiene nuestro país es que sectores de la sociedad terminan justificando a los corruptos, buscándole excusas o salidas para dejarlos bien librados, así ya estén tras las rejas. Si no existe control social que castigue con rigor las actuaciones de nuestros gobernantes corruptos, estamos enviando un terrible mensaje a la opinión pública.
Nuestro país está lleno de ejemplos de casos de políticos “con pantalones” que resultaron con los bolsillos llenos de dinero, como por ejemplo Miguel, Manuel y Guido Nule, condenados por corrupción en el caso del “carrusel de la contratación” que generó un fraude superior a los $500 mil millones en Bogotá. También en este caso fueron condenados Samuel e Iván Moreno Rojas.
Musa Besayle vinculado a los escándalos de corrupción de Odebrecht y el Cartel de la Toga, fue enviado a la cárcel La Picota acusado de pagar $2 mil millones al exfiscal Anticorrupción Luis Gustavo Moreno. Andrés Felipe Arias, condenando por los delitos de celebración de contratos sin cumplimiento de requisitos legales y peculado a favor de terceros en el caso Agroingreso Seguro. Sabas Pretelt de la Vega fue condenado a seis años y ocho meses de cárcel. Inhabilitado y destituido por la Procuraduría General de La Nación por el caso de la Yidispolitica.
Lucas Gnecco, condenado por la Corte Suprema de Justicia a 24 años de prisión por hechos de corrupción durante su administración en el departamento del Cesar. Otto Nicolás Bula, fue senador de la república y estuvo involucrado en el caso de corrupción relacionado con la empresa Odebrecht. Bula fue capturado en enero de 2017 y condenado a 5 años de prisión.
También resultaron “con pantalones” los confesos corruptos de la UNGR Sneyder Pinilla y Olmedo López, quienes además de reconocer sus delitos han entregado pruebas de la participación de otros en los ilícitos.
En Neiva y el Huila también abundan los casos de personajes que “respetaron la justicia” quedándose con el dinero de obras como el estadio de fútbol, la torre materno infantil, los dineros de la salud, arreglo de vías, alumbrado público, entre muchos más. La gente con verdaderos pantalones es aquella que quiere a su ciudad y a su país, que respeta las normas y que piensa en hacer las cosas bien porque entiende que de esa forma tendremos una mejor condición de vida para todos.