La Colectiva Feminista de Neiva, Las Juanas, ha publicado recientemente un informe sobre el acoso callejero en las calles de la ciudad. Los datos contenidos en este documento son preocupantes y merecen una reflexión de fondo.
El informe detalla que, de 389 mujeres y diversidades sexuales encuestadas, 355 de entre los 12 a los 36 años, reportaron haber sufrido acoso callejero.
Los tipos más comunes de acoso incluyen: acoso verbal (48%), que son los comentarios sexuales y silbidos incómodos; acoso expresivo (25%), identificados con gestos obscenos y miradas lascivas; acoso físico (10%), que son cuando se agrede el espacio personal y ocurren tocamientos indebidos; acoso sexual (8%), en este se mira el cuerpo femenino como un objeto o cosa, y en otros tipos de acosos (9%), dicen haber sido fotografiadas sin consentimiento y el exhibicionismo.
Este tipo de violencia, como lo denomina el informe, crea emociones entre las víctimas, como lo son el miedo (34%), impotencia (33%) e incomodidad (33%). En respuesta al acoso, el 49% opta por ignorar al agresor, el 33% lo enfrenta y el 18% decide huir.
Los lugares con mayor incidencia de acoso callejero en Neiva, según estableció la investigación de Las Juanas, son tres, los cuales tienen el índice más alto de acoso callejero para las mujeres en la ciudad: Universidad Surcolombiana, el 12% de las mujeres participantes en el estudio reportaron haber sido acosadas, especialmente en la carrera Primera, luego está el centro Comercial Popular Los Comuneros donde el 8% de las mujeres reportaron haber sido acosadas en este lugar y por último el parque Santander, en este sector el 6.7% de las mujeres reportaron haber sido violentadas con acoso.
El estudio también menciona que el 32% de las mujeres fueron víctimas de acoso callejero en el transporte público.
El acoso en las calles es un problema que se volvió cotidiano, afectando a mujeres y niñas. Y debe verse como un tipo de violencia que reduce la libre circulación de ellas y afecta negativamente su salud y bienestar. Las mujeres en Neiva también merecen espacios públicos seguros.