Los estadounidenses le apostaron a su mejor caballo, un triunfo o mejor un Trump, quien ganó en todos los rincones y en casi todos los grupos demográficos, como lo señaló The New York Times.
En territorio colombiano, el ‘Petroceso’ está en cabeza de burro (ojala me perdonen los asnos), sin embargo, celebro otro éxito legislativo y, en honor a todos los caballistas de Colombia, comparto que, fuimos autores del Proyecto de Ley por medio del cual se declara patrimonio genético nacional, la raza autóctona del caballo de diagonales con sus tres andares y, del mismo modo; reconoce la labor de los más de 90 mil propietarios de caballos que pertenecen a la Federación Colombiana de Asociaciones Equinas (FEDEQUINAS).
Las actividades que desarrolla este gremio, genera más de 130 mil empleos directos y cerca de 180 indirectos, los cuales contribuyen al fomento equino, a la reactivación económica e impactan de manera positiva y relevante el PIB agropecuario de esta región y del país.
Estoy segura de que, el gremio equino además de cumplir con la política de protección animal, por todo el amor que profesan por estos compañeros de vida, concentran importantes recursos que dependen de actividades, entre otras, como las cabalgatas.
Los beneficios físicos, sociales y psicológicos que resultan del galope a trocha o en eventos, son innumerables y resaltan aún más cuando de estos se benefician los niños o personas quienes, padecen alguna enfermedad o síndrome que atenta en contra de la interacción, integración, comunicación, didáctica o confianza como lo es el espectro autista el cual se ve doblegado cuando el paciente y su caballo se vuelven uno, lo anterior, como soporte terapéutico.
Es grato cuando, entre mujeres hacemos equipo para compartir del amor que sentimos por esta tradición de la cual, con mucho orgullo, doy fe que además de dinamizar la economía y toda la cadena de valor en torno a este sector; es también motivo de regocijo cuando más que un hobby, se vuelve una oportunidad de generar ingresos que jalonan otros sectores como el de: gastrobares, transporte, pesebreras, veterinarias, comisionistas e industrias entre muchas otras como la de alimentos concentrados, suplementos clínicos, farmacéuticos, herrería, construcción, hotelería y turismo, marroquinería y talabartería, por mencionar algunas.
Aplaudimos el triunfo de Trump como el mejor caballo para los Estados Unidos, pero celebramos que el gremio equino en nuestro país, del cual la nación se beneficia con más de 480.000 empleos y 6 Billones de pesos anuales, hoy esté en el radar del Congreso; por medio de una Ley que además de propender por apoyar la cultura caballista, garantice el bienestar equino, sea el presidente un burro o, el que venga un caballo.