Las ciudades se consolidan, se integran con el tiempo, y para su desarrollo de una forma u otra los líderes deben buscar patrones o modelos básicos, unas veces basados en estudios previos, o tomando ejemplos de otros ordenamientos territoriales que se ven como modelo apropiado, buscando ser eficientes y funcionales para el ciudadano. Igualmente, como una importante responsabilidad del gobernante y las políticas para el efecto, por decirlo en términos muy simples porque el tema es muy complejo y tienen que ver con profundas determinantes para tener en cuenta, buscan principios de libertad, orden, imponen deberes y obligaciones y por qué no decirlo, se basan en modelaciones que permiten adoptar decisiones de carácter urbano, social, político, económico y regional.
En una ciudad, su población son los ciudadanos que la viven, la usan y la disfrutan, con distintos tipos de instalaciones, vías, ejes de circulación y movilidad para toda clase de transportes, espacios públicos de diversos tipos, magnitud y función, plazas, estadios, escuelas, bibliotecas, universidades, hospitales de diferente complejidad, centros de comercio y culturales, oficinas, hoteles, centros de culto, museos, que se abren al público, y toda la infraestructura realizada.
Con el tiempo adquiere una relevancia urbana dentro de la ciudad, un papel protagónico en la identidad de la zona ante el ciudadano, por la actividad que realiza, por el papel que hace en la economía de la ciudad y por el servicio que se obtiene, y se convierten, entonces, en polos de desarrollo, hitos de ciudad, y como decía en una columna anterior, muchas veces no se comprende cómo esos edificios públicos, exitosos y reconocidos fueron “concebidos por el Arquitecto” digamos de “manera subjetiva”, pero esperemos, siempre responsable.
Y adquieren con el tiempo su “razón de ser” pues cumplen ampliamente la función para la cual fueron realizados, otras pocas veces resultan inútiles debido a que son realizados sin la planeación necesaria, sin modelación previa, sin respuesta normativa, la cual, entre otras cosas, se genera con base y respuesta a condiciones ambientales, a tipos de suelos y la responsabilidad del sitio en la ciudad.
Un ejemplo son los predios que buscan adquirir para construir centros educativos en Bogotá. Son el resultado de largos estudios normativos específicos, demográficos, para que puedan responder al sector, a los tipos de habitantes de las viviendas, a los servicios disponibles y, a partir de concluir que responden a todas esas necesidades, se comienza el diseño por profesionales de esa especialidad y una vez terminados los diseños, su presupuesto y etc., se busca un consultor apropiado o experimentado en construcción. Una ciudad así planeada siempre será modelo en una región.