Llega a mi memoria los albores de la década de los noventa de la anterior centuria, momento cuando el departamento del Huila realizó un programa inspirado en la formación de la cultura turística de jóvenes que cursaban los grados décimo y once de bachillerato en instituciones educativas de la región, con el propósito de empoderarlos del significado y valor de su patrimonio turístico para que pudiesen hablar fluidamente de las bondades del huilense, la belleza de los paisajes, los hitos de la naturaleza y las tradiciones culturales, facilitándoles asumir el rol de promotores del turismo opita.
Tres décadas después por inexplicables razones se advierte el marchitamiento del programa. De haberlo continuado con su realización seguramente hoy tendríamos una comunidad mejor informada de lo que se puede y no se puede hacer en las prácticas turísticas en el Huila. Recuerdo con nostalgia el programa porque en días pasados nos dimos a la tarea de recorrer algunos municipios huilenses y, aprovechamos para sondear el conocimiento turísticos de los jóvenes, preguntas aparentemente insulsas, como, por ejemplo, ¿Cuál es el nombre del templo?
La respuesta: “pues iglesia”, permite inferir que no se conoce ni el Santo Patrón, ni su advocación; igual nos sucedió con otras preguntas, entre ellas, el fundador del municipio, altura, temperatura, etc. En las específicas, ¿Dónde queda la cascada de la dicha? Mucho menos, total desconocimiento, y sorprendente las respuestas en torno a la cultura agustiniana, el desierto de la Tatacoa y las relacionadas con el folclor.
El comentario más que una crítica por lo que pudo haber sido y no fue, es una humilde sugerencia. Si el Huila es un paraíso por descubrir, los primeros que deben descubrirlo son los huilenses, y la manera más expedita es trabajar con los jóvenes, con estudiantes; no es necesario invertirse la rueda, es sencillo, revisar lo actuado en los años noventa, actualizarlo, mejorarlo, adecuarlo a la normatividad vigente, hacer una selección de los destinos a visitar, y lo principal trazar los criterios para elegir las instituciones educativas a participar de los periplos pedagógicos del programa “Viajeritos por el Huila”.