Las familias cafeteras de Colombia y del Huila representan un ejemplo de resiliencia y fortaleza ante las adversidades. A lo largo de los años, han enfrentado innumerables desafíos: las inclemencias climáticas, el incremento en los costos de producción, la volatilidad del dólar y, por supuesto, las recurrentes caídas en los precios del grano. Sin embargo, también hay épocas, como la actual, en las que el precio del café alcanza cifras históricas, brindando un respiro a los cafeteros.
Por estos días hay motivos para celebrar. La carga de café ha superado los 2,5 millones de pesos, un nivel que no se veía desde hace más de una década. Según la Federación de Cafeteros, el 15 de noviembre de 2024, el precio de referencia de la carga de 125 kilogramos de pergamino seco cerró en 2.509.000 pesos. Este hito representa un alivio económico y una esperanza para quienes sostienen la economía cafetera del país con su esfuerzo diario.
Estos momentos de bonanza son una oportunidad para compensar las dificultades generadas por los altos costos de los insumos y los retos de la recolección. Asimismo, muchos aprovechan para amortizar deudas, mejorar la calidad de vida de sus familias y, si es posible, ahorrar un poco para hacer frente a futuras fluctuaciones en el precio del grano.
Durante 2024, el precio de la carga se ha mantenido en niveles altos, oscilando entre 1.400.000 pesos y 1.850.000 pesos en promedio. Las mejores noticias comenzaron a llegar a finales de agosto, cuando el precio rompió la barrera de los 2 millones de pesos, marcando un ascenso constante. Este repunte ha sido favorecido por factores externos: Brasil, el mayor productor mundial de café, ha enfrentado una significativa reducción en su cosecha debido a intensos veranos en zonas productoras. Asimismo, Vietnam, el segundo mayor productor, sufre una caída del 20% en su producción.
A pesar de estos retos globales, la cosecha colombiana durante el último año cafetero ha sido notablemente positiva. Entre noviembre de 2023 y octubre de 2024, la producción superó los 12,9 millones de sacos. Y para el cierre del año, se espera superar los 13 millones de sacos, consolidando a Colombia como un actor destacado en el mercado mundial.
Sin embargo, no debemos bajar la guardia. Es imprescindible exigirle al gobierno medidas que alivien los costos de producción y respalde a los caficultores con recursos para la renovación de cultivos e infraestructura cafetera. Estos momentos deben ser aprovechados como una oportunidad para garantizar la sostenibilidad del sector cafetero en el largo plazo.
