Amaneció ayer Neiva con la mala noticia de un nuevo atentado terrorista contra el comercio organizado, esta vez contra el Asadero Las Vegas, emblemático restaurante de la ciudad. Sujetos desconocidos a bordo de una motocicleta hicieron detonar cerca de la medianoche del domingo pasado un artefacto explosivo de regular poder frente a la fachada del establecimiento comercial, ocasionando algunos daños.
En efecto, es una mala noticia, y debe verse así cada acción violenta que ocurra en la región, ya que un hecho de esta naturaleza no solo genera temor entre los neivanos sino un impacto negativo en la imagen de Neiva y el Huila.
También constituye una afrenta contra la seguridad y las acciones de las autoridades, que a pesar de sus esfuerzos, aún no logran contrarrestar al ciento por ciento esta clase de atentados, los cuales ya suman más de 20 a lo largo de este año.
El origen de la mayoría de estas acciones terroristas, como muchos ya saben, tiene que ver con la expansión de las disidencias de las Farc al mando de ‘Iván Mordisco’ y ‘Calarcá’, que con el fin de nutrir sus finanzas, se han dedicado a cometer extorsiones a diestra y siniestra. Y los empresarios que no acceden a sus pretensiones económicas, terminan siendo ‘blanco’ de intimidaciones de toda índole, incluyendo la activación de artefactos explosivos.
Presionado por la realidad y las autoridades locales y comunidades reclamando mayor seguridad, el mismo Gobierno de Gustavo Petro ha reconocido en varias oportunidades que su política de ‘Paz Total’ facilitó la consolidación de las disidencias en varias regiones del Huila con todo lo que eso ha implicado: masacres, homicidios selectivos, secuestros, extorsiones, desplazamientos forzados, reclutamiento ilegal de menores, entre otros delitos.
Si bien ha habido un incremento en el pie de fuerza tanto de Policía como de Ejército, es indispensable que no se baje la guardia y que se fortalezcan las estrategias dirigidas a combatir la extorsión, comenzando por la recuperación territorial de zonas rurales hoy bajo dominio de grupos ilegalmente armados.