Una proposición para cambiar un artículo del proyecto de acuerdo que busca regular las cabalgatas en Neiva generó una “tormenta” en el Concejo. Sebastián Prieto y Juan Diego Amaya, autores de la iniciativa, ahora, se encuentran en orillas distintas. “Hubo presión y Prieto es absolutamente funcional; esta no es la primera vez que hace esto”, dijo Lourdes Mateus.
Johan Eduardo Rojas López
johan.rojas@lanacion.com.co
El artículo 11 en el numeral 2 literal E del proyecto de acuerdo 015 que pretende regular los desfiles a caballo en Neiva generó todo tipo de reacciones, luego de que uno de los coautores, Juan Sebastián Prieto Pérez, decidiera, sorpresivamente, proponer un cambio que no gustó.
Con la aprobación de la proposición, no quedó explícitamente señalada la prohibición de consumo de licor y sustancias psicoactivas para los jinetes, mientras que, según el otro coautor de la iniciativa, Juan Diego Amaya Palencia, con la “jugadita” se deja abierta la puerta para que el gremio —sumamente poderoso en la región— encuentre alguna salida para pasar por encima del bienestar animal y “disfrutar”, con bebida incluida, a cuestas de los equinos. Esto rompería la “columna vertebral” del proyecto de acuerdo.
El cambio
Prieto Pérez pidió que quedara de la siguiente manera: “En todos los desfiles a caballo se dará cumplimiento a lo dispuesto con la Ley 1801 de 2016 en lo relacionado con los comportamientos que afectan la tranquilidad y relaciones respetuosas”, en vez de lo que estaba estipulado, que decía: “en todos los desfiles a caballo se prohibirá el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas por parte de los jinetes durante su trayecto”.
El cambio, según él, tuvo un sustento netamente técnico porque “la Corte Constitucional, en varias sentencias, ha declarado inexequible la prohibición general de consumir bebidas alcohólicas y sustancias psicoactivas en espacios públicos. Entonces, como estaba, iba a generar un choque de trenes”.
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El concejal mencionó que, si se continuaba como estaba previsto, se podrían violar cuatro derechos, entre esos: el derecho a la libre personalidad de los ciudadanos, la libertad de expresión de quienes utilizan el alcohol como herramienta de recreación, así como el de la diversidad cultural de sus habitantes y sus territorios y, además, el derecho a la autonomía territorial.
“Es una irresponsabilidad decir que nosotros estamos aceptando el consumo de alcohol encima de los caballos porque en ningún momento estamos manifestando esa situación; lo que queremos es garantizar que ese artículo no lo vayan a declarar ilegal”, precisó Prieto Pérez, quien se pregunta: ¿desde cuándo pensar diferente significa ser un mandadero?
Una salida cuestionable
“Nosotros teníamos un proyecto cuya esencia era el enfoque de protección y bienestar animal, por encima incluso de la diversión. Uno de los artículos más importantes era precisamente el que establecía la prohibición a los jinetes del consumo de alcohol en el desarrollo de los desfiles a caballo, para que pasaran de ser una especie de rumba encima de un animal a un tema más cultural. Es que el estado de alicoramiento incrementa las probabilidades de maltrato animal”, indicó Amaya Palencia.
Sin embargo, esa idea se perdió, luego de la proposición realizada por su compañero de “batalla” en esta iniciativa, que pidió modificar ese punto, estableciendo una salida jurídica, que para Amaya Palencia es “muy cuestionable” y “en este caso no cabe”, además de que es “innecesario e ilógico” dado que no se necesita en un artículo de un acuerdo municipal indicar eso, porque de por sí se debe cumplir la ley.
“Para mí, lo que está haciendo el concejal Prieto solicitando la modificación es permitir que se siga consumiendo alcohol en el desarrollo de las cabalgatas y así se pierde la naturaleza del proyecto de acuerdo. Las mayorías han propiciado esto, lideradas por alguien que se suponía que iba a defender el bienestar animal, pero lo que vemos es que cambió de opinión; está en contra de lo que él mismo ayudó a crear”, indicó el presidente de la corporación, mientras aseguró que, si no se reconsidera este punto, se retirará como coautor del proyecto que perdería completamente su esencia.
Dijo, además, que la sorpresa en este caso es mayor, toda vez que, los coautores de una iniciativa de esta índole lo que hacen es defenderla a “capa y espada”, y no buscar modificaciones, bajo otros intereses.
“No es la primera vez que Prieto hace eso”
Ante todo esto, la concejal Lourdes Mateus detalló que la molestia se da porque él tuvo 20 días en sus manos el proyecto de acuerdo para analizar ese tipo de cosas y entrar en ese diálogo con el autor.
Pero, según ella, Prieto Pérez, a último minuto, se ha encargado de cambiar los puntos importantes. Y advirtió que, si la decisión se mantiene, su bancada empezará a votar todo de manera negativa.
“Él ha sido absolutamente funcional para que las cabalgatas no tengan ese enfoque, sino que haya una protección de lo que hoy ha sido la razón principal de los eventos de violencia animal presentados”, dijo la cabildante, mientras recordó que esta no es la primera vez que ocurre, pues el mismo Prieto Pérez fue el autor de la proposición que aumentó el número de cabalgatas a desarrollarse, pasando de 8 a 10. Además, intentó proponer la disminución del intervalo de tiempo entre un desfile a caballo y otro, proposición que finalmente retiró.
De acuerdo con Mateus, el cambio de postura del concejal para hacerle daño al proyecto se dio en menos de un debate, “cobijándose” en un enfoque técnico que “es falso”, para hacer su “jugadita”. Aseguró, incluso, que desde el primer debate que se desarrolló en julio, comenzaron a escuchar que se estaban generando presiones justamente para los tres puntos en los que el concejal en cuestión hizo proposiciones.
“De que la presión se generó, se generó, aunque no sabemos de parte de quién, pero lo que sí está claro es que este gremio es supremamente poderoso. No por nada, hasta el mismo Gobernador del Huila fue al Concejo a interceder por el sostenimiento de las cabalgatas. Ayer lo que se mostró fue una cara que se había exhibido muy sumisa; se quitaron las caretas”, concluyó.
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¿Hubo llamadas y mensajes?
Jesús Andrés Garzón, concejal que apoyó la proposición, manifestó que no hubo llamadas ni mensajes al respecto; “si en algo nos caracterizamos es en nuestra autonomía y libre pensamiento. Mi voto obedeció a salvaguardar el riesgo jurídico y, por supuesto, llegar a puntos de encuentro entre el sector animalista y caballista, garantizando avanzar en temas álgidos para cada uno”.
La doble moral
Por su parte, Humberto Perdomo, también concejal, sostuvo que en esa decisión se evidenció la doble moral existente porque, mientras piden la prohibición del consumo de licor a quienes conducen vehículos por el evidente riesgo que generan, no actúan con la misma contundencia para reglamentar ese punto durante las cabalgatas, en donde también existe peligro al maniobrar un animal en estado de embriaguez.
¿Qué pasará con el proyecto de acuerdo?
El debate está suspendido debido a la magnitud del proyecto de acuerdo. A la fecha, de los 43 artículos que conforman el documento, se han aprobado 11 y se espera continuar con la discusión en el recinto deliberativo. Este debe aprobarse antes de la culminación de las sesiones ordinarias, es decir, el 30 de noviembre; de lo contrario, será archivado. Por ahora, los que votaron en contra “echarán mano” a la opción de reconsideración del literal para volver a someter a votación ese punto. Cuando aún la controversia no ha bajado su calentura, se espera el análisis de otros artículos que podrían encender aún más la polémica.