“Ciudades Ambulantes” en exposición en Neiva

Con la exposición “Ciudades Ambulantes e Imaginadas”, el artista español Alfonso de Colsa, plantea la dicotomía de la vida en las urbes, llenas de historias, esperanzas y sueños, pero permeadas por el caos, sentimientos y acciones que nacen desde el humano.

María Alejandra Ruiz Mallungo

@amaperiodista

Maria.ruiz@lanacion.com.co

“Ciudades que detallan la inteligencia y las esencias infinitas del arte del ser humano; ciudades que encapsulan la historia. Espacios capaces de convertir sueños en realidad, ya sea en el bar de un callejón escondido o a través de una ventana abierta. Ciudades que deambulan en nuestra memoria, que forjan y asientan nuestros recuerdos, transportándonos a las distintas etapas de la vida: a la de uno y a la de todos. Ciudades, al fin y al cabo”. Así define Alfonso de Colsa Linares, artista madrileño (1966), sus obras de la serie “Ciudades Ambulantes e Imaginadas”. Alterna su trabajo humanitario con ONG con su amor por retratar ciudades oníricas, impregnadas de historias que ha presenciado en cada uno de sus viajes y observaciones en el transcurso de su labor.

“Me dedico a dibujar, ya que es una forma de desahogar todo lo que vivo en mi trabajo”, expresa Alfonso. En esta actividad, ha encontrado una manera de compartir con sus hijas y su compañera Estefanía, así como con todos aquellos que disfrutan de sus creaciones, los relatos de ciudades imaginarias inspiradas en la famosa película animada japonesa “El Castillo Ambulante”, del enigmático artista Hayao Miyazaki. En su reinterpretación, los protagonistas ya no son Sophie y Howl, sino sus hijas, su compañera, e incluso él mismo en ocasiones.

Ilustración hecha por Alfonso de Colsa. Crédito Alfonso de Colsa.

Sensibilidad social

Para entender y disfrutar plenamente de las obras de Alfonso, es indispensable conocer el trabajo que ha realizado en diversas regiones, especialmente en Suramérica. En la década de 1990, decidió trasladarse a Guatemala, donde colaboró con Médicos del Mundo España en los procesos de retorno de refugiados desde México y en el proceso de paz de este país. También se involucró en el conflicto de la antigua Yugoslavia durante 1994.

A principios de 1999, se estableció en Colombia, donde su vasta experiencia en el ámbito humanitario le permitió contribuir a numerosos proyectos y programas de derechos humanos, desarrollo y medio ambiente en los departamentos de Antioquia, Chocó, Nariño, Huila, Caquetá, Meta y Guaviare, así como en procesos de acompañamiento a organizaciones sociales y de derechos humanos en Bogotá D.C. La sensibilidad social de Alfonso se refleja en su perfil artístico, donde utiliza papel y lápiz para plasmar sus experiencias y su visión del mundo.

“Historias es un dibujo”

“Al principio, mis series pictóricas reflejaban el conflicto, pero al observar a mis dos hijas, comencé a pensar en la posibilidad de crear obras más accesibles. Inspirado por la película ‘El Castillo Ambulante’, empecé a dibujar elementos que representaran la visión de mis hijas; historias que pudieran contemplarse en un dibujo hermoso, como en esa maravillosa película, representando a las niñas jugando en ese marco. Así surgieron las ‘ciudades ambulantes’”, comenta Alfonso a LA NACIÓN.

Las metrópolis que crea y dibuja sobre cartulina opalina de 184 gramos, con un portaminas de grafito 2B o A5, representan la ingenuidad de quienes desean vivir en la ciudad de sus sueños, así como la oscuridad que se infiltra, alcanzando a estos soñadores y mostrándoles la tristeza que puede habitar en ellas.

“Sin embargo, en todos mis cuadros siempre existe esa contradicción. A pesar de que representan ciudades en las que hemos estado y donde tenemos recuerdos maravillosos, también reflejan la desigualdad, la injusticia y el choque cultural. A veces, la belleza se antepone a los derechos de las poblaciones. Hay una obra en especial que representa Gaza, donde se observa una mancha y un poco de humo. Estos dibujos, aunque son cuentos, también son reflejos de las contradicciones entre lo bello y lo maligno que el ser humano puede crear en las ciudades en las que coexistimos; donde compartimos, pero también somos capaces de destruirnos”, relata Alfonso.

Ciudades como Cartagena, en Colombia, o París, en Francia, han sido inspiración para contar cuentos en blanco y negro, enormes máquinas surrealistas que se mueven por sí mismas, llevando caos y luz al mismo tiempo. “Cada cuadro incorpora pequeñas figuras que aportan detalles significativos. Hay mucho de onírico en mis obras”, expresa Alfonso.

La exposición “Ciudades Ambulantes e Imaginadas” de Alfonso de Colsa, abrió sus puertas ayer, en el salón Gaitana Galería, al interior de la Casa Cultural El Patio en Neiva.

Las obras podrán observarse:

  •  Lunes a jueves de 12 m. a 7 p.m.
  • Viernes y sábados de 12 m. a 11 p.m.

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