El cuadro de óleo de la Virgen de Chiquinquirá, pintado en 1653, que tiene enfrentada a la familia neivana Liévano, abre un nuevo capítulo. Lina María Perdomo Liévano denunciada por su sobrino Juan Pablo Liévano Gutiérrez, habló y dijo que su tío Jorge Enrique Liévano Rodríguez no le dejó el cuadro a Juan Pablo. “Yo no tengo el cuadro…yo no quiero el cuadro”, dijo la mujer.
La obra de arte, de más de tres siglos de existencia y pintada al óleo, que tiene enfrentados a dos familiares de Jorge Enrique Liévano Rodríguez, podría dar un giro inesperado en los estrados judiciales luego de conocerse su última voluntad.
Rafael Rodríguez C.
Y es que el testamento en el que quedó consignada la última voluntad del propietario del cuadro de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de 1653, pintado por bogotano Antonio Acero De La Cruz, deja sin este a su sobrino Juan Pablo Liévano Gutiérrez.
“Mi tío Jorge dejó todo bien organizado en un testamento en el cual jamás nombra a Juan Pablo Liévano, ni a Martha Cecilia Gutiérrez, ni a Jean Paul Liévano, ni a la mamá de ella, que sea la heredera o legataria de ese cuadro, jamás los nombra, lo cual quiere decir que nunca fueron dueños de ese cuadro. Él no tenía hijos, entonces la herencia queda a merced de los hermanos”, indicó Lina María Perdomo Liévano.
En la denuncia que Juan Pablo instauró contra su tía Lina María en la Fiscalía, por el presunto delito de hurto agravado por confianza depositada por el dueño, manifestó que su tío Jorge Enrique le regaló le obsequió el cuadro como regalo de cumpleaños. “Mi tío Jorge Enrique Liévano Rodríguez y su esposa Luz Perdomo Martínez de Liévano, me dieron como regalo de cumpleaños el cuadro de la Virgen de Chiquinquirá; que se encontraba colgado en la sala de su apartamento”.
Jorge Enrique, el primero de septiembre de 2020, suscribió en la Notaria Cuarta de la capital huilense protocolizó el regalo del cuadro. “Mi tío efectuó manifestación de su voluntad en una carta (especie de testamento cerrado) que notarizó en presencia de la Cuarta de Neiva, Deyanira Ortiz Cuenca; donde entrega el dominio del cuadro de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá de 1653 pintado por Antonio Acero De La Cruz a nombre de Juan Pablo Liévano Gutiérrez”, sostuvo Liévano Gutiérrez en la denuncia.
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Desistió de regalarle el cuadro
Semanas después de haberse protocolizado en la notaria el regalo del cuadro, Jorge Enrique Liévano habría desistido de obsequiárselo a su sobrino Juan Pablo, cambio su voluntad otorgando su testamento cerrado en la Notaria Cuarto el 15 de diciembre del mismo año, el cual tras su muerte el 11 de enero de 2024, fue leído el 2 de febrero.
Lina María sostuvo que en el testamento quedó plasmado que las manifestaciones o testamentos anteriores quedaban inválidos, sin efecto. “En el último párrafo del testamento dice que todos los testamentos anteriores quedan anulados, si tomamos ese papel (la carta) como un testamento o como una declaración extrajuicio, queda anulada por completo porque el testamento es el que manda y si a él (Juan Pablo) no lo metieron en el testamento, qué quiere decir, que no es dueño de nada, yo tampoco soy dueña de nada”.
Recordó que es cierto que su tío Jorge en reuniones familiares decía que el cuadro era para Juan Carlos, sin embargo tras una diferencia que tuvieron originó que cambiara la decisión. “Él sí nos manifestaba que ese cuadro en la casa de él, colgado, es para Juan Pablo, ese cuadro es para Juan Pablo, toda la familia lo sabía y lo respetamos obviamente porque era de él…”.
La abogada especialista en sucesiones, Carolina Escorcia, quien surtió todo el trámite sucesoral tras el fallecimiento del Jorge Enrique, sostuvo que la carta no hacía las veces de testamento, además de “motivos de indignidad, ampliamente conocidos por todos sus hermanos y familia, desistió y desechó esta voluntad al no mencionarlo en el testamento cerrado otorgado con posterioridad ante la Notaria Cuarta”.
Agregó que la última voluntad Jorge Enrique, “válidamente expresada en su testamento”, fue otorgada el 15 de diciembre de 2020, en la cual determinó legados con destinación específica y “el remanente de la masa sucesoral repartido en partes iguales entre sus hermanos. Y el 2 de febrero de 2024 ante la Notaria Cuarta de Neiva, se dio apertura al testamento cerrado”.
Sostuvo que después de la apertura del testamento se recibieron reclamaciones verbales de Martha Cecilia Gutiérrez Plazas, en las que argumentaba que Jorge Enrique había dispuesto entregarle a su hijo, Juan Pablo, la obra de arte. “En mayo del presente año 2024, a través de abogado, se realizó una solicitud formal en la que solicitan la entrega del cuadro y allegan una declaración extra juicio que el señor Jorge Enrique Liévano Rodríguez realizó el 3 de septiembre de 2020”.
Reiteró la abogada Carolina que la carta firmada en la notaria no es un testamento y la obra no fue entregada físicamente en ningún momento por Jorge Enrique. “Es claro que el documento no hacía las veces de un testamento y en tal sentido lo correcto era referirse a una donación en vida, que para el caso de bienes muebles se perfecciona con la entrega, y esta donación de la obra de arte nunca fue perfeccionada porque no se realizó la entrega material de la obra de arte a Juan Pablo Liévano Gutiérrez”.
Lina María sostuvo que el pasado tres de febrero el cuadro fue embalado y enviado en avión a Bogotá para los abogados. “Yo no tengo el cuadro, yo no me quedaba con el cuadro, yo no quiero el cuadro”, aseguró.
