Debo decir que fui usuario del Icetex cuando estudiaba mi pregrado en la Universidad del Cauca, quizás la única opción que encontré, al igual que muchos otros colombianos, para acceder a un crédito educativo durante mis años de estudio. Al final, devolví los recursos prestados año tras año. Por eso, mi afecto y gratitud hacia la entidad.
Hoy en día, también son miles los jóvenes que acuden a esta entidad para poder adelantar sus estudios, muchos de ellos en universidades privadas. Luchan por ingresar a una formación universitaria con la esperanza de cambiar sus vidas y las de sus familias, viendo en la educación su único camino para salir de la trampa de la pobreza en la que viven.
Los altos intereses cobrados y las dificultades derivadas de la pandemia hicieron de esta problemática una bandera del actual Gobierno, que prometió mejorar las condiciones de los créditos para miles de jóvenes.
Para infortunio de muchos, se ha generado una crisis debido al impago de las matrículas del segundo semestre de este año, lo que ha generado gran preocupación e incertidumbre en cerca de 200 mil usuarios del crédito educativo. Además, los recursos asignados para el próximo año son tan escasos que dejarían a la deriva a estudiantes que actualmente cursan sus estudios universitarios y negarían la posibilidad de comenzar su formación a otros miles.
Este Gobierno parece no comprender la realidad de muchos jóvenes que, al no poder acceder a una universidad pública, ven en la educación privada su única salida. Pero sin financiamiento resulta imposible cumplir ese sueño.
Estas son las decisiones erróneas que presenta el actual Gobierno frente a una problemática real. No se trata de endeudar a miles de jóvenes, sino de facilitar su acceso a la formación superior, esa que no puede garantizar en su totalidad la educación pública, y en la que el sector privado ha hecho grandes esfuerzos para generar oportunidades.
Definitivamente, este sí es el “Gobierno del cambio”, el que hoy le niega la posibilidad a miles de jóvenes colombianos de acceder a la formación superior, quizás la única opción que tienen para cambiar sus vidas.