Las lógicas globales del mercado han generado que las personas se interesen menos por ingresar a las universidades para recibir formación de alto nivel. Pareciera que es más rentable convertirse en un afamado influencer que en un profesional, especialmente en países con un régimen laboral precario e injusto. Por otra parte, se acude al ciberespacio y a la inteligencia artificial (IA) donde, al parecer, se encuentran todas las respuestas. Se trata de un espejismo que le ha restado valor y credibilidad al conocimiento que se genera en las instituciones de educación superior.
La información que hay en la web no es tan confiable como algunos piensan; abundan las mentiras y la información parcial. Por ello, los profesionales en todos los campos del conocimiento siguen siendo irremplazables. Los avances en las áreas de las ciencias naturales y las ciencias sociales continúan aportando en la comprensión de los fenómenos que nos rodean. Los sistemas informáticos se han ido modelando a partir de toda la información que ha desarrollado la humanidad.
Las respuestas de la IA son generalizaciones, fruto de datos organizados que extrae de nuestros archivos almacenados en la nube; a pesar de toda la información recolectada, es incapaz de hacer discernimientos complejos y de tejer relaciones con los otros para debatir como lo hace la inteligencia humana. No obstante, confiamos cada vez menos en nuestros cerebros y más en las máquinas; valoramos cada vez menos las comunidades de pensamiento y más la “eficiencia” del individualismo.
El contexto exige a quienes hacemos parte de las universidades pensar nuevas estrategias que permitan avanzar en términos científicos y humanos. Los problemas que nos afectan hoy como la crisis climática, el déficit democrático, las guerras, la desigualdad y la injusticia son parte de lo que debe ser pensado por la humanidad si se quiere mejorar en términos de bienestar y cuidado. Todo esto sigue siendo campo fértil para las comunidades del conocimiento. En tiempo de tanta información, la universidad sigue siendo una posibilidad de encontrarnos con los otros para pensar alternativas en el presente.
Investigador del grupo Estudios Políticos.