En entrevista con LA NACIÓN el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón habla de los precios récord del café, la baja oferta del producto, aclara que no se pasa por una bonanza y advierte que el Pacto Verde Europeo “ha generado una gran presión de cara a la exportación”.
Gerente, a nivel internacional, el café está pasando por un buen momento, ¿a qué se debe y hasta cuándo iría?
El panorama de los precios internacionales de café arábico cotizado en la bolsa The ICE muestra una tendencia positiva, con precios récord dado que sólo cuatro veces en la historia transaccional de este mercado ha superado la barrera de los U$3/lb. Los analistas atribuyen estos precios máximos a diversos factores.
Por un lado, se encuentra la estrechez de la oferta mundial, producto del impacto del cambio climático en Brasil y Vietnam (la cosecha de estos países representa un poco más del 50% de la producción mundial). El año 2024 ha sido particularmente difícil para estos orígenes quienes han sufrido períodos de sequías prolongados que han afectado los volúmenes de producción para este año y prenden las alarmas sobre una probable afectación para el año cosecha 2025.
Sumado a la incertidumbre del mercado frente a la situación de la oferta mundial, los inventarios globales se encuentran en niveles mínimos que no se observaban desde hace más de 20 años, lo que genera más presión y mantiene la cotización internacional en niveles altos.
Ahora bien, bajo la perspectiva de la demanda, se proyecta un crecimiento a niveles constantes del 2%, lo que deja al mercado apretado para suplir este consumo. Esto genera más incertidumbre para el mercado y presión para los precios, pues bajo este escenario el balance cafetero mundial podría ser deficitario.
Esta coyuntura ha beneficiado a los cafeteros del país, pero ¿realmente es una bonanza?
No es correcto caracterizar como bonanza la coyuntura que está viviendo el sector cafetero colombiano. Si tomamos como referencia la Bonanza Cafetera de 1977, cuando los precios del café colombiano en el mercado internacional alcanzaron en ese año US$2,40/lb. traídos a dólares de hoy, equivaldrían a US$11,4/lb. Con ese nivel, casi cuatro veces el actual de US$3,26/lb. sí podríamos afirmar que estamos en bonanza.
En otras palabras, lo que se está viviendo actualmente es una coyuntura razonable de precios, que permite a los caficultores cubrir las pérdidas que sufrieron en 2023 cuando el precio en promedio fue de US$2,08/lb.
Hace dos años el café tocó máximos históricos en precio interno, sin embargo, para el 2023 los precios volvieron a caer y los cafeteros se declararon en “crisis”. ¿Podría volver a pasar lo mismo?
El comportamiento del precio del café en el mercado internacional es muy volátil, dependiendo sobre todo de la variabilidad climática que impacta la oferta mundial de café, en particular la de Brasil y Vietnam, los dos mayores productores de café del mundo.
Así las cosas, en el futuro pueden venir cosechas de café extraordinarias en esos dos países si el clima se comporta “normal”, lo cual traería una contracción del precio y los cafeteros colombianos enfrentarían una difícil situación que tendría que ser enfrentada con los ahorros alcanzados en épocas de buenos precios y con apoyo del Fondo de Estabilización de Precios del café, que fue creado para apoyar a los productores en situaciones como la descrita.
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Volviendo al mercado internacional, ¿en porcentaje, cuánto café que produce el país, se exporta?
Según las cifras recientes de producción y exportaciones, el porcentaje exportado de café de Colombia con respecto a la producción es del 92%. El Café de Colombia llega a 100 países. Un aspecto importante para ascender en la cadena de valor es la búsqueda y apertura de nuevos mercados no tradicionales como China y Medio Oriente.
En el tercer trimestre de 2024, las exportaciones de café industrializado (tostado, soluble, liofilizado y extracto) representó en volumen el 8,5% con respecto a las exportaciones de café verde, pero en valor alcanzó el 14,4%.
Y, ¿cómo va la importación de café? ¿Por qué importamos café?
A octubre pasado, las importaciones de café iban en 855.000 sacos en los últimos 12 meses, mostrando una reducción del 55% con respecto a lo observado un año atrás. Importamos café porque la mayor parte del consumo interno se satisface con cafés de menor calidad y menor precio. En cambio, la mayor parte del café producido en Colombia se exporta porque es apetecido en los mercados internacionales por su calidad y se paga por él un precio muy superior al que pagan la mayoría de los consumidores colombianos por el café.
Finalmente, ¿cuál es el reto más urgente para mejorar en el comercio exterior en lo que respecta a café?
En medio de un contexto global lleno de desafíos impuesto por diferentes regulaciones, hoy por hoy la inminente entrada en vigor de la Regulación del Pacto Verde Europeo (EUDR) es sin duda el mayor reto de corto plazo para el sector cafetero. La adaptación de la caficultura colombiana y la cadena de suministro al cumplimiento de esta regulación y sus componentes de no deforestación ha generado una gran presión de cara a la exportación.
Es importante destacar que el café de Colombia se encuentra en una posición ventajosa frente a muchos de los países productores gracias al liderazgo de la Federación Nacional de Cafeteros en el contexto nacional e internacional. Con el decidido trabajo de la FNC y su avanzado Sistema de Información Cafetero (Sica), los productores colombianos cuentan con una herramienta que les genera certezas y les permitirá acceder al mercado europeo sin costos adicionales.