Me dio la ventolera de darme un vueltazo entre Neiva y Gigante con el fin de mirar detalladamente el avance de las obras que se realizan en ese tramo de la ruta 45, construcción prevista para tres años según nos dijo un sempiterno candidato a presidente de orígenes liberales, luego fundador de su propia empresa electoral prometiendo cambios radicales a la que después decidió sacarle el citopigio para relanzarse por firmas buscando ser ungido como el gran pluma blanca de la tribu chibchombiana.
El tiro le salió por la culata, la gente no comió cuento, sargentos regionales le tumbaron plata y votos para hacerse ellos a curules y prebendas mientras él, víctima de la estafa política mascullaba maldiciones, amenazas, madrazos y venganzas.
Años atrás cuando emplumaba para dirigente nacional había escrito “Cuentas claras” libro pesado como una cometa de cemento que quizá ni sus màs fervientes propagandistas y alzafuelles deben conocer de la existencia del frustrado best seller.
Pero volvamos. Cuando el prócer del cuento nadaba entre billonarios presupuestos como vicepresidente de Santos, se regó por el país entre comestibles y bebestibles de la mejor catadura ofreciendo dobles calzadas, intercambiadores y puentes elevados sobre ríos de leche y miel. “Germán es el man” gritaban hasta enronquecer sus acólitos mientras el pueblo obnubilado hacía temblar las paredes de la patria con atronadores aplausos ante sus verborréicos discursos.
Y en esa pavimentación de su nueva campaña presidencial disfrazada de eficiencia administrativa, al Huila le tocó la obra que en menos de tres años, repito, partiría la historia de la infraestructura vial del sur colombiano: La Ruta 45 con viaductos, dobles calzadas, avenidas circunvalares, terceros carriles, glorietas.
Pero durante meses, años, lo único visible era un letrero enorme que anunciaba multibillonarios presupuestos para los 450 kilómetros entre Neiva y los límites con Ecuador mientras la autodenominada clase dirigente opita callaba parpadeando como un búho. Se escuchaba la casi solitaria voz de ‘Tito’ Murcia exigiendo en foros y programas radiales el cumplimiento de la palabra empeñada y empañada de Vargas Lleras. Quizá por eso el explosivo expresidente y sus actuales turiferarios -mientras traicionan nuevamente al jefe- miran feo al aguerrido garzoneño.
Ahora después de casi siete años, en los dos últimos la obra exhibe una acelerada dinámica en tiempo, maquinaria, obreros, señalizadores de tráfico, conductores, ingenieros, topógrafos, interventores, permitiendo admirar rotondas a entradas y salidas de poblaciones siempre olvidadas, cimentación adecuada para la aplicación sub-bases y carpetas asfálticas; geomembranas protectoras contra la erosión; drenajes de afluentes, aguas lluvias y de escorrentía. Hasta decenas de vendedores ambulantes comercian hidratantes y comestibles, todos acicateados por las urgentes exigencias del actual gobierno nacional que parece jugársela toda para entregarle al país hasta el último centímetro contratado.