Luego de 24 años de mandato, Bashar Al Assad “dimitió” como presidente de Siria. Horas antes, grupos rebeldes, habían declarado que había llegado “el fin de 50 años de opresión y 13 años de crímenes”. Según organizaciones de derechos humanos, la guerra en Siria ha dejado casi medio millón de muertos.
La caída del régimen de Bashar al Assad en la madrugada de ayer marcó el fin de una lucha de casi 14 años por mantener el poder, en medio de la fragmentación de Siria debido a una brutal guerra civil que se ha convertido en un campo de batalla indirecto entre potencias regionales e internacionales. Rusia anunció que Al Assad “dimitió” y abandonó el país. Horas antes, los rebeldes declararon: “Después de 50 años de opresión y 13 años de crímenes y desplazamiento forzado, anunciamos hoy (miércoles) el fin de este período oscuro y el inicio de una nueva era para Siria”.
Este acontecimiento contrasta notablemente con los primeros meses de Assad como presidente, cuando asumió el cargo en el año 2000. En ese entonces, muchos lo veían como un joven reformador tras tres décadas de férreo control por parte de su padre. A los 34 años, el oftalmólogo educado en Occidente se presentaba como una persona accesible y amante de la tecnología. Sin embargo, cuando estallaron las protestas contra su régimen en marzo de 2011, Assad optó por las tácticas brutales empleadas por su padre para suprimirlas. A medida que el levantamiento se transformaba en guerra civil, utilizó su ejército para bombardear ciudades controladas por la oposición, con el respaldo de aliados como Irán y Rusia.
Torturas y ejecuciones extrajudiciales
Organizaciones internacionales de derechos humanos y fiscales han denunciado el uso sistemático de torturas y ejecuciones extrajudiciales en los centros de detención bajo el control de la dictadura siria. La guerra en Siria ha dejado un saldo de casi medio millón de muertos y ha desplazado a la mitad de la población del país, es decir, 23 millones de personas. Durante este conflicto, millones de sirios han huido hacia Jordania, Turquía, Irak, Líbano y Europa.
La partida de Al Assad pone fin a un régimen que ha perdurado durante casi 54 años. Sin un sucesor claro, el futuro del país queda envuelto en una gran incertidumbre. Hasta hace poco, Assad parecía estar relativamente a salvo. El conflicto prolongado se había estabilizado en posiciones fijas en los últimos años, con el régimen recuperando el control de la mayor parte del territorio sirio, mientras que el noroeste continuaba bajo el dominio de grupos de oposición y el noreste estaba controlado por fuerzas kurdas.
Por su parte el presidente ruso, Vladímir Putin, ha concedido asilo a su antiguo aliado “basándose en consideraciones humanitarias”, según informaron ayer las agencias rusas Ria Novosti y Tass a través de sus fuentes en el Kremlin. Sus interlocutores aseguran además que los rebeldes han garantizado a Moscú la seguridad de sus bases e instituciones diplomáticas en el país mediterráneo.
“Medio Oriente se derechiza hacia el fundamentalismo”
En la mañana de ayer, el presidente Gustavo Petro expresó su opinión sobre la reciente toma de Damasco, en Siria, que resultó en la caída del régimen de Bashar al-Ásad. Esta situación fue anunciada por una coalición insurgente liderada por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham, HTS).
A través de una publicación en su cuenta de X, anteriormente conocida como Twitter, el mandatario colombiano manifestó su descontento con el comunicado del gobierno ruso, que confirmó la salida del dictador sirio del poder. Petro no descartó la posibilidad de que se estableciera una nueva alianza con el gobierno de los Estados Unidos, especialmente con el presidente electo, Donald Trump.
Además, el presidente señaló que Siria, al igual que otras naciones del Medio Oriente, “se derechiza hacia el fundamentalismo, como Afganistán, Irak y Libia. Israel crecerá aún más, tomando terrenos sirios”. En este contexto, hizo un llamado a no dejar a Palestina y a los kurdos en una situación vulnerable.
Petro planteó una serie de interrogantes que no solo abordan el futuro de Siria, sino también sus implicaciones a nivel global. Se preguntó sobre las posibles repercusiones de esta acción en la guerra entre Rusia y Ucrania: “¿Seguirá una cesión de tierras a Rusia en Ucrania? ¿Serán traicionados Zelenski y la Europa occidental en la derecha?”, cuestionó.
