Colombia, para inicios del gobierno Petro, tenia la presencia de 53 organizaciones criminales, de ellas, 23 eran de tamaño importante, las más relevantes eran la disidencia de Mordisco o Estado Mayor Central, también, la segunda Marquetalia, el Clan del Golfo, Los Conquistadores de la Sierra, Las dos alas de la Oficina de Envigado, entre otras. Hoy día, la cifra llega a 61 y, es posible que, continue una fragmentación acelerada todo el próximo año.
Las disidencias del Estado Mayor Central se fraccionaron en tres sectores: Las leales a Mordisco, los que se fueron con alías Calarcá y las del occidente que tiene una alta autonomía. En la segunda Marquetalia pasa igual, están los leales a Márquez y los del Walter Mendoza y está a punto de haber una tercera corriente en el sur del país. Esta fragmentación era esperable, pero será muy violenta.
Con las disidencias de las extintas FARC se podían generar dos caminos. El primero era el surgimiento de nueva guerrilla, lo cual se potenciaba con la reincidencia de mandos medios y altos de la extinta guerrilla. Este sería un proceso menos violento, pero en el largo plazo sería el más complejo y peligroso para el Estado Colombiano, pues se llegaría a desafiar su legitimidad y no se saldría del círculo de la violencia política. El otro camino es más violento, pero en el largo plazo es el mejor para el Estado colombiano, y es la degradación, es decir, poco a poco se van dividiendo la organización generado cruentas disputas internas y donde la pelea por el botín marca el ritmo de la degradación. Esto fue lo que ocurrió luego de la violencia de mitad del siglo XX y un sector se degradó dando origen a las leyendas de Efraín González, Chispas o Sangre Negra. También hubo el otro camino que fue lo que dio origen a las FARC.
Con las divisiones en el Estado Mayor Central y en la Segunda Marquetalia y las disputas que han estallado entre ellos, además de la caída de varios mandos, queda claro que ya no serán una nueva guerrilla, sino que se va a dar el segundo camino, es decir, una degradación criminal el cual es más violento, pero aleja los fantasmas de un reavivamiento del conflicto político.
Esta degradación, en teoría comparada, será de uno o dos años de fragmentación y de lucha intestina cruenta, y luego se dará un proceso de reconcentración criminal que llevará a la formación de una o dos federaciones criminales. Por ejemplo, cuando fue la desmovilización paramilitar en la época Uribe se crearon 7 disidencias, luego se pasó a 101 y, más tarde, se dio un proceso de reconcentración que terminó en dos grandes organizaciones: Los Paisas y el clan del golfo que, en ese momento, recibía el nombre de urabeños. Ese será el camino que le espera a Colombia en los próximos años.