Con una extensión aproximada de 20.5 millones de kilómetros cuadrados, una población de 663 millones de habitantes que representa el 8% de la población mundial y 46 naciones que son parte de las 195 reconocidas por la ONU, América Latina y el Caribe, es una importante región del mundo, con lazos comunes de historia, cultura, religión e idiomas (el español y el portugués provenientes del latín, son los dos idiomas predominantes). Su diversidad geográfica y ambiental va desde el Río Bravo en el norte hasta la Patagonia en el Sur, incluyendo la multiplicidad de islas del mar Caribe.
Hoy, con el desarrollo de gobiernos progresistas de izquierda en muchos de nuestros países, que llegan al poder con procedimientos electorales pacíficos, buscando alcanzar la plena modernidad, la equidad social, el progreso económico, una auténtica libertad política para el ciudadano y la plena vigencia de derechos sociales a la salud, el trabajo, la educación y una vivienda digna, volvió a estar de moda el término de la “patria grande”. La idea de Latinoamérica como una gran Nación surgió con nuestra primera independencia en el pensamiento de líderes como Simón Bolívar, San Martín, Artigas y Martí.
Ellos estaban convencidos que nuestra libertad e independencia sólo podría garantizarlas la más fuerte unidad de las naciones del continente hermanadas por lazos históricos y culturales que van más allá de la conquista y colonización por España y Portugal que se dio desde el siglo XV hasta el XVIII. Hay que recordar que esta también fue tierra de imperios que vienen desde el neolítico como los Incas, los Aztecas y los Mayas.
Los héroes de nuestra primera independencia, aunque admiraban la audacia, coraje, espíritu libertario y visión estratégica de los líderes de las 13 colonias inglesas que fueron capaces de construir una gran Nación, también desconfiaban del espíritu expansionista y dominador de algunos de sus continuadores. La historia ha mostrado que esa desconfianza no era gratuita. México perdió más de la mitad de su territorio en la guerra de los años 1846 a 1848. Colombia perdió a Panamá en 1903, cuando los E.U la intervinieron para construir su canal. El presidente Allende de Chile fue derrocado y asesinado en 1973 con el decidido apoyo de la CIA. Casi todos los países del continente han tenido intervenciones de diverso tipo desde la potencia del norte.
Definitivamente la libertad, la democracia y el progreso no son un regalo, son una conquista de los pueblos que se disfruta cuando se tiene la suficiente fuerza para mantenerlas. Instituciones como la Celac, Unasur y otras, ayudan a esos lazos de hermandad, pero se requiere avanzar en procesos de unidad más sólidos y duraderos, tal como nos lo enseñan los propios E.U., con su gobierno federativo de los 50 Estados más el distrito de Columbia.