En la columna pasada hice referencia a la memoria como la capacidad de pensar sobre los hechos del pasado, como una actividad reflexiva que siempre vuelve sobre lo que ha sido pensado. Al respecto, me encontré con un escrito del pensador mexicano Alfonso Reyes que sirve como ejemplo de lo que significa tejer memoria. Oración del 9 de febrero es un texto que Reyes elabora para recordar el papel de su padre Bernardo Reyes en su vida y en la vida de la nación mexicana a finales del siglo XIX y a principios del XX. Este escrito es importante para seguir comprendiendo el tipo de sociedad que hemos constituido como latinoamericanos.
El padre de Alfonso Reyes fue un militar y estadista que terminó encarcelado y asesinado, luego de escapar de prisión y participar en la sublevación en contra del presidente Francisco L. Madero. Después de la trágica muerte, Alfonso cuenta en el texto la forma en la que entabló esas conversaciones que no tuvo con su padre en vida. Describe la figura paterna como una presencia cálida, magnética y tierna que no solo dejó un vacío en su vida, sino que significó un acto de injusticia con alguien que había gobernado en favor de la nación mexicana. A pesar del fatídico episodio, que marcaría para siempre al intelectual mexicano, este escribió lo siguiente: “También supe y quise elegir el camino de mi libertad, descuajando de mi corazón cualquier impulso de rencor o venganza, por legítimo que pareciera, antes de consentir en esclavizarme a la baja vendetta”. En esta consideración encontramos ideas para comprender el flagelo de la violencia en América Latina. Al mismo tiempo, evidencia la necesidad de revelarnos contra la tradición de la dominación y la guerra promovida por el rencor que va dejando los círculos interminables de venganzas.
Alfonso Reyes cuenta que él le leía a su padre apartados de sus autores predilectos. Durante los últimos meses del militar, mientras su hijo le leía un verso de navidad este le ordenó que callara; dijo: “los que no han vivido las palabras no saben lo que las palabras traen adentro”. Las palabras revelan siempre los actos. El lenguaje que creamos deja ver nuestra forma de existir. Por eso, es importante poner atención al lenguaje que expresamos. Las ideas en torno a la estética, la cultura, la política y la educación expuestas por Alfonso Reyes en su prolija obra esperan a aquellos interesados por la memoria de Latinoamérica.
