Una disminución del 6% hubo en la venta de gasolina en el Huila durante el 2024. Noviembre y diciembre fueron los meses que lograron apaciguar el constante decrecimiento. La comercialización del diésel también cayó levemente. “Vivir solamente del combustible es imposible en este momento”, señaló la directora ejecutiva de Combussur.
Johan Eduardo Rojas López
johan.rojas@lanacion.com.co
De no ser por los dos últimos meses del año, el 2024 habría culminado bajo un panorama desalentador para las estaciones de servicio del Huila. Las cifras en rojo, en cuanto a la venta de gasolina, se mantuvieron hasta octubre. En total, se vendieron 55.634.117 galones durante la vigencia inmediatamente anterior, lo que equivale a 3.556.007 menos que durante el 2023, cuando se comercializaron 59.190.124.
Esa disminución del 6% no solo pone en jaque a los distribuidores minoristas, sino que representa menores tributos para las alcaldías municipales.
Leve decrecimiento del diésel
Asimismo, se vendieron 35.457.790 galones de diésel en 2024, es decir, 58.228 menos que en 2023 (35.516.018). Ese decrecimiento de aproximadamente 0.2%, logró apaciguarse gracias al repunte de abril, julio, agosto, octubre, noviembre y diciembre.
Luz Mila Moyano Vargas, directora ejecutiva de la corporación de Empresarios de Combustibles del Sur (Combussur), señaló que la principal razón de ese comportamiento de las ventas fue el incremento en el precio del combustible.
“Con el aumento de la gasolina, la gente empezó a recurrir con mayor constancia al transporte público (colectivo y taxi), compartido o alternativo (bicicleta). Sumado a eso, las personas sencillamente sacan el vehículo para compartir con la familia algunos fines de semana. Los vehículos eléctricos aquí son realmente muy pocos, a pesar de que sí hay lugares para cargarlos. También se utilizan híbridos, pero muy pocos. Entonces, la gente ya no consume la gasolina que antes consumía”, precisó la líder gremial.
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Minoristas con ‘la soga en el cuello’
Este consolidado genera preocupación entre los distribuidores minoristas, que califican el 2024 como un año crítico. Lo anterior se debe a que esta situación los hace necesitar mayor capital de trabajo, ya que deben conseguir más recursos económicos para pensar en comprar la misma cantidad de combustible que adquirían normalmente.
“Eso genera que nosotros disminuyamos nuestro margen de rentabilidad. A nosotros el Gobierno Nacional nos dice que mil pesos es el margen de rentabilidad por galón de gasolina, pero de ahí debemos descontar todos los costos y gastos de la estación, porque cada vez necesitamos más capital y nos toca sacarlo de allí”, expuso Moyano Vargas.
Manifestó que el dilema se agrava debido a los contratos que los mantienen “amarrados” a las plantas mayoristas por cierta cantidad de galones, los cuales caducan hasta que se venda lo negociado. Es decir, que si no logran comercializar la cantidad necesaria cada mes, el tiempo se alarga hasta que se agote el combustible.
“Desde la pandemia, los contratos se alargaron y, entre menos vendamos, más se alargan”, detalló Moyano Vargas, quien sostuvo también que eso los pone en ‘jaque’, dado que no pueden cerrar porque las mayoristas podrían embargarlos, pero tampoco les alcanza el dinero. De allí que les toca entrar a negociar.
Todo este panorama los ha llevado a buscar socios o, en su defecto, buscar alternativas de negocio dentro de la misma estación de servicio para diversificar la actividad, como restaurantes, barberías o salones de belleza, cajeros automáticos, farmacias y tiendas de conveniencia. Es así como pueden desarrollar oficios que no generen riesgo por el manejo de combustible.
“Vivir solamente del combustible es imposible en este momento para los distribuidores minoristas”, ahondó.
En busca de créditos
A pesar de la necesidad existente no han podido acogerse a la Ley 1116 de 2006 de insolvencia financiera, porque no pueden parar ni un día, dado que eso alarga el contrato ya mencionado y ningún minorista busca eso. Y en ese trámite, según Moyano Vargas, perderían varios meses.
Así las cosas, la única opción que están encontrando es endeudarse mediante créditos. “No hay más opción. Lo peor es que les toca endeudarse y la renta de ganancia, al ser tan insuficiente, no les permite subsanar las deudas”, enfatizó la directora ejecutiva de Combussur.
El panorama, de hecho, debido al repunte de los últimos meses de 2024, se calmó, pues hace algunos meses decían: “ya no podemos más”, pero ahora están intentando solucionar. Las estaciones de servicio más perjudicadas han sido las que se encuentran en la Ruta 45, toda vez que no estaban vendiendo nada por los ‘pare y siga’ establecidos por los arreglos desarrollados por la concesionaria Ruta al Sur.
Noviembre y diciembre ‘salvaron’ el año
Realmente, la disminución que se esperaba era mayor, teniendo en cuenta que hasta septiembre las cifras mostraban una baja del 10% en la venta de gasolina y del 4% en la del diésel. Sin embargo, eso cambió en los últimos meses de 2024, porque la gente aprovechó los festivos y se movió en sus vehículos junto a sus familias.
Y es que recordemos que, durante la temporada decembrina, por el Huila transitaron 276.776 vehículos, cifras superiores a las del año pasado, y en ese orden de ideas, muchos aprovecharon para tanquear en la región. En contraste, enero promete ser muy desfavorable.
Los que no pierden con las alzas
Moyano Vargas aclaró que los incrementos del combustible, a diferencia de lo que piensa el consumidor final, no benefician a la estación de servicio, sino al Gobierno Nacional, Departamental y Municipal. Para eso, es fundamental entender la estructura de precios, que consta de cerca de 18 componentes en los que se distribuye los $16.108 que vale el galón en Neiva, por ejemplo.
De ese valor, $9.342 se le paga a Ecopetrol por el rubro de ingreso al productor, sumado a $1.600 más del ingreso al productor de alcohol carburante. Además de los $1.490 de sobretasa, que este año subió 5.2% y lo reciben las alcaldías. Es decir, que los entes locales percibirán $73 más por galón de gasolina vendido.
En cuanto al diésel, que estaba en diciembre de 2024 en $10.637 y quedó en enero de 2025 en $10.817, se establece $4.812 de ingreso al productor y $2.157 de ingreso al productor de biocombustible. La sobretasa es de $390 (que subió en 2025 un 5.2%) y va para la cartera de la Gobernación del Huila. También se adicionan los $467 del IVA, que va para el Ministerio de Hacienda y Crédito Público.
Explicó que el incremento de la gasolina ($93) y del diésel ($181) en 2025 obedeció realmente a los componentes de precio de combustible. Entonces, cerca del 55% es de la carga impositiva (impuestos). “Estamos indexando el transporte por poliducto y el terrestre. Siempre el Huila es uno de los más perjudicados porque somos uno de los más alejados y el transporte incrementa el precio final. Eso fue lo que se aumentó, no es más”, aseveró la líder gremial.
¿Afectados o beneficiados?
En este sentido, pese a que al disminuir la venta de gasolina y diésel los entes regionales y locales también reciben menos recursos de sobretasa, “se les aumentó lo que perciben de manera directa. Y es que, finalmente, el capital y el riesgo los ponen los distribuidores minoristas y entre el 14 y el 21 de cada mes se le consigna a la institucionalidad la plata con las alzas incluidas, porque a nosotros no nos lo descuentan y nosotros pagamos por anticipado esos impuestos. Es de aclarar que la sobretasa es un ingreso de libre destinación”, dijo.
Según Moyano Vargas, ya se normalizó el Fondo de Estabilización con la gasolina, y entonces no vendrían incrementos considerables durante los próximos meses; solamente se hará de acuerdo al comportamiento internacional del Brent y la dinámica del dólar. Por ende, están expectantes con la llegada de Donald Trump. Mientras tanto, se prevén alzas en el diésel.
Y es que, desde julio de 2022, se empezó a registrar un incremento constante que se mantuvo por varios meses. “El Gobierno Nacional, desde octubre de 2022, puso en marcha la política de disminuir el valor del subsidio a los combustibles en Colombia para poder reducir el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC)”, dijo en ese momento el Ministerio de Minas y Energía.
Impacto del mínimo y recorte de horas laborales
Moyano Vargas comentó además que el incremento del salario mínimo legal evidentemente los afecta. Sin embargo, lo que más los está perjudicando es el recorte de las horas laborales por semana. “Ahora tenemos que conseguir más personal para suplir el turno que queda libre. Lo que ha generado que muchos propietarios asuman algunos turnos”, agregó.
Expresó además que, por temas de seguridad, las familias huilenses están procurando no movilizarse por las carreteras de la región, en especial a zonas rurales, lo cual ha ‘gestado’ un ambiente más casero que no implica utilizar vehículos. Precisó que la inseguridad también ha ‘tocado’ sus puertas, pues no solamente están azotados por la delincuencia común, sino por extorsiones.
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2025 no ‘pinta’ tan favorable
Bajo esa lógica, se prevé que para 2025 sigan incrementando los gastos de inversión y disminuyendo la rentabilidad. Explicó, adicionalmente que, entre 2023 y 2024, los ‘sacudió’ una transición del cambio de reglamento técnico emitido por el Ministerio de Minas y Energías, lo cual los obligó a realizar inversiones altas en las estaciones de servicio.
Al pasar de 2024 a 2025, tienen que realizar una remodelación en las estaciones de servicio, cuyos costos son supremamente altos porque deben contar con una certificación UL. “Es una certificación internacional, donde una pistola podría estar costando en 2022 cerca de $300 mil, pero hoy está valiendo aproximadamente $900 mil. Básicamente, se triplicaron los costos”, concluyó la directora ejecutiva de Combussur.
Por su parte, Diana Patricia Sierra Sánchez, secretaria de Hacienda del Huila, reconoció que toda esta situación sí genera afectación en las finanzas del departamento y que, en efecto, la ejecución de lo presupuestado no llegó al 100% de esa renta de la sobretasa. Eso se traduce en menor inversión en obras.
“Nosotros hacemos un seguimiento y una auditoría para saber qué es lo que está pasando”, informó.
Afectación a la canasta familiar
Según Óscar Rujana Quintero, presidente de la Sociedad Huilense de Economistas, el alza en el precio de los combustibles es una medida absolutamente impopular, pero fiscalmente necesaria; algo que resulta bastante contradictorio. No obstante, la reducción en la venta de combustibles de gasolina y diésel afecta también la canasta familiar, el empleo y el desarrollo de la región.