Mohamed Merah, que afirmó que actuó por instrucción de Al Qaida, asesinó entre el 11 y el 19 de marzo en Toulouse y en Montauban a tres militares de origen magrebí y en la escuela judía a un profesor de religión y tres niños de 4, 5 y 7 años. Mohamed Merah, que afirmó que actuó por instrucción de Al Qaida, asesinó entre el 11 y el 19 de marzo en Toulouse y en Montauban a tres militares de origen magrebí y en la escuela judía a un profesor de religión y tres niños de 4, 5 y 7 años. PARÍS (AFP) Mohammed Merah, de 23 años, sospechoso de siete asesinatos perpetrados en Toulouse y Montauban, en el sur de Francia, es un francés de origen argelino que había estado en Pakistán y en Afganistán, con antecedentes penales y que ahora dice ser yihadista de Al Qaida. Este hombre “reivindica ser un muyahidín” (combatiente de Dios) y “pertenecer a Al Qaida”, según el ministro del Interior, Claude Guéant. Nació el 10 de octubre de 1988 en Toulouse, tiene “relaciones con personas que se reclaman del salafismo y del yihadismo” y ha “realizado dos viajes, uno a Afganistán, el otro a Pakistán”. El ministro precisó no tener información sobre su participación en un campo de entrenamiento. El modus operandi de este pistolero en moto, quien asesinó a sangre fría en ocho días a tres militares y a un profesor y tres niños judíos, remitía desde el inicio de la investigación a una persona entrenada y acostumbrada al manejo de las armas. Según una fuente policial, recientemente se le negó su pedido de entrada en el ejército. El ministerio de Defensa precisó que Mohamed Merah intentó en dos ocasiones incorporarse al ejército francés. Primero trató de enrolarse en el Ejército en 2008 y dos años después quiso hacerlo en la Legión Extranjera. La primera vez no lo aceptaron por sus antecedentes judiciales y la segunda abandonó el proceso antes de pasar las pruebas de selección. Guéant le describió como “determinado, con mucha sangre fría”. Testimonios citados el martes por el fiscal de París, François Molins, le describen como un hombre “blanco”, con “una silueta más bien fina, de más o menos 1,70”. Un testigo dice haber visto al asesino con una minicámara. El “presunto culpable” explicó a los negociadores que había “querido vengar la muerte de niños palestinos” al atacar el 19 de marzo una escuela judía. Fue “menos explícito en el caso de los militares” pero dijo que el hecho de que “algunos pudieran ser de confesión musulmana o parecieran de origen norafricano no tenía nada que ver en su decisión, y que quería atacar al ejército francés”, dadas “sus intervenciones en el exterior”, precisó Guéant. El sospechoso estaba vigilado “desde hace varios años por la DCRI (Dirección Central de la Inteligencia Interior) y sus agentes de Toulouse”, según el ministro. “Había cometido varias infracciones de derecho común, incluidas algunas con violencia” en Francia, según el ministro, sumando 18 en total, según una fuente policial. Según una fuente cercana a la investigación, también habría sido detenido a finales de 2010, en Kandahar, en Afganistán, por hechos de derecho común. Merah fue condenado “en quince ocasiones” cuando era menor y presentaba un “perfil violento”, “problemas de comportamiento” compatibles “con la extrema violencia de los hechos” recientes, según el fiscal de París. También ha sido detenido su hermano, igualmente “afín a la ideología salafista”. Su madre se negó a ponerse en contacto con él, como le propuso la policía para hacerle entrar en razón, porque dijo que no tenía ninguna “influencia sobre él”. La investigación determinará si este individuo actuó solo o con el apoyo de una célula y si pertenece a Al Qaida tal y como él reivindica. “Los ‘lobos solitarios’ siempre tienen tendencia a inscribirse en una organización”, subraya un especialista de esta red, Jean-Pierre Filiu, profesor en el Instituto de Estudios Políticos de París. “Hemos hablado mucho de su posible perfil, de su complejo de grandeza, de superioridad. Eso le permite representarse de forma mucho más megalomaniaca”. Israel enterró, en una ceremonia cargada de dolor, a las cuatro víctimas de la matanza en la entrada de una escuela judía en Toulouse (suroeste de Francia) con un llamado a actuar contra el antisemitismo en todo el mundo. Foto Afp Mohamed Merah