Pasa el San Pedro, sigue el mundial (aunque no por mucho tiempo), y el guayabo que embarga a muchos es grande, guayabo sentimental y físico. Algunos recordarán esta versión 54 del Festival con una sonrisa en la cara, otros no tanto. Los que sonríen lo hacen, por lo que representan estas icónicas fiestas regionales. El Huila y Neiva una vez más muestran su folclor al país y por qué no decirlo, al mundo entero, posicionando nuestra festividad de lejos como la favorita por locales y turistas dentro del extenso portafolio de reinados y fiestas que se realizan en el denominado puente de San Pedro y San Pablo. Este año, contamos con un evento que sin lugar a dudas, más allá de eclipsar al Sampedro, se amalgamó con este, para que la felicidad y la dicha fueran plenas, me refiero lógicamente al mundial de fútbol con Colombia a bordo haciendo un papel protagónico que quedará para la historia. A esto, debemos agregar episodios macondianos como los del pasado 28 de junio, deberíamos decir, episodios del tipo “embajador de la india”. ¡Will Smith!, así es, el mismo príncipe del Rap, también conocido como el Agente J en Hombres de Negro o simplemente “Soy leyenda”, saludando a transeúntes desde un balcón del Hotel Plaza en pleno parque Santander acompañado de un grande de la música latina, fue la nota curiosa de este año. Ya podemos decir, que el icónico hotel capitalino, alojó a su huésped más famoso, superando así la ilustre visita del Honorable Embajador de la India, que resultó más opita que un alfandoque.
En fin, esto es y deberían ser los sanjuanes y Sampedros de Neiva y el Huila, un desparpajo de alegría y folclor que nos enorgullezca como pobladores de esta tierra. Y sin embargo, si de lo bueno hubo mucho ni hablar de lo negativo. Siguen ocasionándose accidentes que dejaron cifras considerables de muertos y heridos, en algunos casos por culpa del alcohol en otros por el cansancio. Los Caballos y caballistas también han resultado perjudicados este año, la cifra de muertos en cabalgatas esta vez fue de dos personas y dos equinos. Lo que pone en tela de juicio los controles realizados por las autoridades municipales y agropecuarias, que deberían ser menos engorrosas y onerosas para ser más prácticas y efectivas, porque eso sí, cualquier intento de acabar con las cabalgatas sería una puñalada en el corazón de las festividades mismas.
Por último, la problemática de siempre: los robos, las riñas, la carencia de capacidad hotelera y la preocupante perdida de la esencia cultural de nuestras fiestas aunado a la tímida decoración sampedrina de la avenida circunvalar y los altos precios de las graderías son un tema que deben ser tratados con lupa para desde ya tomar las medidas necesarias. Lo de las graderías preocupa, precios de 20 mil y 30 mil pesos por persona es una cifra que no resulta asequible para una familia conformada por 6 personas, a manera de ejemplo. El precio en últimas resulta afectando a los mismos empresarios que pagaron altas sumas de dinero para su colocación y al final, muchas graderías se veían vacías durante los desfiles.
Lo de los reinados es un tema casi intocable pero vale la pena preguntar ¿En estos certámenes se evalúa a la más bella estilo Cartagena o a la que más sepa de folclor huilense? Lo digo ciertamente, porque cada día a mi parecer se le da más importancia a los desfiles en traje de baño o a la mejor cara o a la que tiene mejor porte, y no a la que esté más empapada de la cultura y tradición opita, que debería – y aquí pueda que cometa un sacrilegio para muchos- ir más allá de únicamente ejecutar el Sanjuanero huilense como es debido, sino también saber cómo se hace un bizcocho de achira, bailar el bambuco tradicional o cantar un Rajaleña picaresco. Ojalá esto alguna vez sea implementado, por el bien de nuestras tradiciones.
En conclusión, tomémonos un buen caldo para pasar guayabo, despabilémonos y démosle la bienvenida a la realidad, que ya van tres petardos y un alza en el precio de la gasolina, decretada por nuestro flamante Presidente quien al parecer puso en el congelador los temas que tan apasionadamente propuso en la recta final de su campaña.
