Vargas Lleras. Por Rodrigo Villalba Mosquera

Tuve la fortuna de conocer desde muy joven a Germán Vargas Lleras cuando en 1988 el Nuevo Liberalismo entra a participar del gobierno de Barco en el Ministerio de Agricultura con Gabriel Rosas Vega, quien tuvo a bien nombrar como su secretario privado al hoy Ministro del Interior y al suscrito como secretario general, donde cultivé su amistad y desde entonces profeso por él admiración por su formación y fuerte liderazgo, propio de su estirpe, quien  ha trasegado la vida pública con limpieza y  exitosa desde Concejal, Senador y Ministro de Estado, donde se ha destacado con una productiva  labor Legislativa y grandes ejecutorias en el Gobierno de Unidad Nacional  liderando las reformas y  Leyes más importantes  que le han dado instrumentos para que el gobierno inicie una verdadera transformación social del país. En la campaña presidencial anterior con una dosis refrescante para la patria, sorprendió con la segunda votación más alta en la primera vuelta, como reconocimiento a su trayectoria, claridad en las  propuestas y solvencia en los debates, y sin duda los colombianos lo perciben como aquel dirigente en turno para suceder a Santos. Pero como las cosas en política son imprevisibles, y en el país del “sagrado corazón”  suceden cosas, le corresponde  al Mininterior  guardar sus aspiraciones hasta el 2018 porque se dá por descontado el proceso reeleccionista que se surtirá en el 2014, y en ese orden de ideas quedan 6 largos años para consolidar y mantener su  candidatura, resolviendo algunas circunstancias   que no son de menor cuantía,  como es la unión de Cambio Radical en el  partido Liberal, lo cual no avanza  porque quienes manejan un partido se engolosinan con el poder de los avales y los recursos del Estado por la actividad electoral. El Liberalismo después de la crisis  se está reencontrando con su vocación de poder y hoy se aprecia  esta colectividad con respecto  y sin duda se auguran mejores tiempos, pero sin liderazgos consolidados, luego creo que debe ser muy pronto la llegada de nuevo de German Vargas Lleras donde sin duda sería su jefe indiscutible. Como van las cosas el liberalismo va a ser definitivo en la reelección de Santos  y seguramente en esta oportunidad operarán las alianzas partidistas  pero eso no quiere decir que hacia el 2018 no vaya con candidato propio, y ojalá hacia allá sea el gran partido,  unificado y consolidado. Esta reflexión apunta hacia descongelar en el corto o mediano plazo los acercamientos y las decisiones de Cambio Radical y del Liberalismo.

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