Póngale atención a sus hijos. Por Jesús Oviedo Pérez

La clave está en la atención a los hijos, a quienes hay que entregar todo el amor, cariño y afecto posible, pero también hay que educar con disciplina y exigencia, en la honradez, en la ética, en la verdad, y con el buen ejemplo. La clave está en la atención a los hijos, a quienes hay que entregar todo el amor, cariño  y afecto posible, pero también hay que educar con disciplina y exigencia, en la honradez, en la ética, en la verdad, y con el buen ejemplo. Por Jesús Oviedo Pérez En el Huila, tierra de gente acogedora y hospitalaria por naturaleza, en distintos sectores de la sociedad se ha convertido en tema de ocupación y preocupación, la difícil situación de inseguridad que se vive en el departamento, y que son noticia diaria en los medios de comunicación impresos, radiales y televisivos: atracos,  fleteo, hurtos callejeros, abusos y violencia intrafamiliar, drogadicción, prostitución infantil, etc. En mis charlas y encuentros con amigos y conocidos de la región les he oído culpar de la inseguridad campante, a la falta de autoridad e interés de los entes gubernamentales: a la policía que nunca aparece o llega tarde, al alcalde que no se ocupa de garantizar un buen alumbrado público en calles y callejones de la ciudad y que se presta para que los delincuentes se escondan y oculten y cometan estos delitos, en fin, cada quien  encontrando culpables en su entorno social. Todos mirando la paja en el ojo ajeno, ninguno cuestionando la muy visible disfuncionalidad familiar, la poca o nula atención a la formación integral del ser humano que inicia desde la niñez. Para mí el asunto es claro y sencillo de explicar: la clave está en la familia, en el papel de los padres en la formación de sus hijos. Hoy estamos viendo el resultado del cambio en el rol de los padres: hace 30 años el padre proveía materialmente todo lo necesario para la crianza de sus hijos y la madre se ocupaba en casa de la atención y formación de los infantes, sabía dónde estaban sus hijos y en qué y con quien andaban. Con su integración plena al mercado profesional y laboral colombiano, la mujer se ha convertido en otro proveedor mas para atender  las necesidades materiales de sus hijos, aporta conjuntamente con el padre a la economía del hogar. La educación y formación de los hijos deja de ser la mayor prioridad: se sustituye el ser una persona formada en principios y valores por el tener bienes materiales. Hoy vale la pena recordar aquella campaña para hacer tomar conciencia a los padres de familia y que tuvo su origen en Bogotá: ¿sabe usted donde esta su hijo en este momento? ¿Puede usted responder con seguridad esta pregunta? La clave está en la atención a los hijos, a quienes hay que entregar todo el amor, cariño  y afecto posible, pero también hay que educar con disciplina y exigencia, en la honradez, en la ética, en la verdad, y con el buen ejemplo. Buen consejo a tiempo A mi edad, después de vivir tantas experiencias, todas positivas para mi desarrollo personal, profesional y familiar, reconozco la importancia de cuidar y estar pendientes de los hijos, saber lo que les pasa, escucharlos, darles el buen consejo a tiempo, reprenderlos y corregirlos en el momento adecuado para que ni en la niñez, ni en la juventud, ni en ninguna etapa de su vida, pierdan el rumbo. Como dice la frase de marras: si educamos al niño, no será necesario castigar al adulto. Estoy convencido que la mayor responsabilidad que tenemos con nuestros hijos, es darles las mejores bases para su futuro, ayudarlos y apoyarlos para que desde pequeños aprendan a desarrollar su proyecto de vida, orientarlos a hacer el bien, a ser solidarios, tolerantes, seguros, honestos, a conocer el valor de los sentimientos, a entender que lo valioso cuesta obtenerlo pero que la satisfacción que ello produce no tiene igual porque lo han logrado con su propio esfuerzo. Si me acompañan ustedes padres de familia en estas reflexiones y coinciden con este pensamiento positivo, estoy seguro que dejaremos de ver los problemas de inseguridad, drogadicción  y violencia de nuestra ciudad y en nuestro departamento, como una responsabilidad única de las autoridades, para entender que es  responsabilidad de toda la sociedad, de nosotros, de Usted. ¿Por qué entonces no lo aceptamos de una buena vez, y comenzamos a generar desde el núcleo de la sociedad que es la familia, las acciones correctivas para educar y formar a nuestros hijos en los principios y valores, en la honestidad y ética, como lo hicieron los mayores con nosotros? ¿Acaso no vale la pena? No le eche mas la culpa a la policía o al Alcalde de turno, todos somos responsables de tener una mejor calidad de vida, una ciudad más segura y amable, una juventud mejor formada. Destacadas ‘Estoy convencido que la mayor responsabilidad que tenemos con nuestros hijos, es darles las mejores bases para su futuro, ayudarlos y apoyarlos para que desde pequeños aprendan a desarrollar su proyecto de vida, orientarlos a hacer el bien, a ser solidarios’ Destacadas ‘Reconozco la importancia de cuidar y estar pendientes de los hijos, saber lo que les pasa, escucharlos, darles el buen consejo a tiempo, reprenderlos y corregirlos en el momento adecuado para que ni en la niñez, ni en la juventud, ni en ninguna etapa de su vida, pierdan el rumbo’.