La semana anterior, se cumplieron 28 y 11 años, respectivamente, de la muerte trágica de dos ilustres Huilenses: Rodrigo Lara Bonilla y Héctor Polanía Sánchez, la primera ocurrida en Bogotá, y la segunda en Pitalito. La semana anterior, se cumplieron 28 y 11 años, respectivamente, de la muerte trágica de dos ilustres Huilenses: Rodrigo Lara Bonilla y Héctor Polanía Sánchez, la primera ocurrida en Bogotá, y la segunda en Pitalito. Si se estudia, con rigor objetivo nuestra historia, hemos de concluir que se trata de dos figuras de inmenso impacto colectivo. Lara Bonilla, paradigma de la lucha contra el crimen organizado y Héctor Polanía Sánchez, para muchos, el mejor Gobernador del Huila, y conste que hubo otros también muy destacados. Lara Bonilla y Polanía Sánchez, recios y activos, siempre dijeron presente, cuando las circunstancias lo ameritaban. Cada vez que fue necesario, respondieron sí a su región, y a su País. ¿Es responsable la Comunidad?- Es característico en nuestro accionar social, convocar a la Comunidad, para manifestar conformidad o rechazo, respecto de la percepción que se tenga, por ejemplo, del desempeño de los servidores públicos: Alcalde, Gobernador, Presidente, o corporaciones: Concejo, Asamblea, Congreso Nacional, y no pocas veces de las instituciones partidistas. Pero rara vez para examinar y calificar la conducta de nuestras comunidades, como tales. Dicho en otras palabras, casi nunca intentamos reflexionar, sobre lo que somos colectivamente, como conglomerado humano, que comparte realidades concretas, en lugar y tiempo determinados. Nuestra actitud habitual, conduce a responsabilizar preferencialmente al individuo, a la persona, cuando mucho, al grupo de personas, en particular, pero excepcionalmente, a la Comunidad propiamente dicha. Incluso se llega a afirmar, que cuando los errores son comunes (de todos), no hay responsables, lo cual induciría a la muy discutible ética, de que la comunidad no es imputable. Precisamente, por iniciativa del Dr. Diógenes Plata Ramírez, se realizarán unos conversatorios donde participe directamente la Comunidad. En tal ocasión, será objeto de responsable análisis la actitud y comportamiento de nuestra Comunidad en lo social, en lo político, en lo cultural, y en general, en el quehacer colectivo. Convendría, entonces, programar Jornadas Comunitarias, a través de las cuales, verificar el inventario de nuestras fortalezas y debilidades perceptibles, y de esta manera, enriquecer nuestra vida en comunidad, ejercicio en el cual ganaríamos individual y colectivamente. Por algo se dice, que aprender es una opción permanente, tanto más, si lo hacemos, con disciplinada intención participativa. Y como dice el Poeta español: “caminante, no hay camino. Camino se hace al andar”. Entonces, con decisión, siempre adelante…!