En la reciente Feria de la Prosperidad Social nos aproximamos a la cruel realidad que viven colombianos y colombianas en circunstancias de vulnerabilidad. Pero también presenciamos un gobierno con una indeclinable voluntad por una verdadera revolución para lograr la paz en nuestro país. Según registros, las mujeres se encuentran entre los grupos de población más golpeados por el conflicto que vive el país. El Gobierno ha registrado a más de 1 millón seiscientas mil mujeres como desplazadas forzadamente. Muchas de ellas huyeron para evitar ser reclutadas por los grupos armados, o para evitar que sus hijos o hijas lo fueran. También escapan de riesgos de violencia, explotación o abuso sexual, o de la posibilidad de ser “castigadas” por su pertenencia a organizaciones sociales, comunitarias o políticas de mujeres. Las mujeres también asumen nuevas cargas después del desplazamiento forzado. Un estudio independiente se encontró que el 43% de las familias desplazadas tiene jefatura femenina, y entre ellas, en 68 de cada 100 casos las mujeres desplazadas cabeza de familia no tienen pareja. Muchas veces el peligro para ellas persiste aún después del desplazamiento, pues los grupos armados están presentes en las zonas en que buscan protección. Ante amenazas tan complejas, se actúa en varias esferas: ayudando y fortaleciendo a las instituciones nacionales; fortaleciendo a las organizaciones de mujeres y organizaciones que trabajan temas de género; y, apoyando el trabajo de los órganos de control del Estado. El gobierno viene asesorando a sus diversas entidades para el desarrollo de programas en beneficio de las mujeres desplazadas, ha acompañado a las autoridades regionales y locales en la aplicación de medidas que den cuenta de las necesidades específicas de las mujeres –desde la asistencia de emergencia hasta la política de tierras, incluyendo una Directriz para Atención Integral a la Población Desplazada con Enfoque Diferencial de Género – y periódicamente realiza diagnósticos en diferentes regiones del país sobre los riesgos de violencia sexual y basada en género y acciones frente a ella. Y, además de incorporar siempre el enfoque de género como un componente en sus proyectos, muchos de ellos están orientados a empoderar a las mujeres desplazadas, desde “gestoras de género” en todo el país, hasta capacitación específica para mujeres indígenas y afro descendientes. En Colombia, el Gobierno ha registrado a más de 3.300.000 personas como desplazadas. De ellas, el 49% son mujeres y niñas. Su ubicación o retorno se debe hacer en sinergia con alcaldes y gobernadores.