Habiendo presenciado hace poco un accidente de tránsito que por fortuna no dejo perdidas humanas y en consideración a algunos accidentes presentados por falta de señalización, e imprudencia de ciertos conductores y peatones de la ciudad, así como las falencias de iluminación en ciertos sectores de la ciudad, nace el interés de reflexionar frente al tema propuesto en esta columna. Resulta necesario inspeccionar los lugares donde se ha registrado el mayor número de accidentes de tránsito, observar el comportamiento de los conductores de vehículos y de los peatones que transiten en dichas vías. De igual manera ubicar en las esquinas y vías principales de la ciudad, las respectivas flechas que orienten a conductores y usuarios, que permitan saber si la vía va en sentido norte, sur, oriente, occidente, si es doble vía o si está permito estacionarse, de igual manera, líneas delimitadoras de carriles, líneas de prohibición de estacionamiento y franjas de protección para el cruce de peatones. No está de más ubicar semáforos donde el caos vehicular se hace evidente en horas pico, semaforizar las intersecciones donde el volumen de tránsito es importante en ambas vías, cuando el alto volumen de tránsito sobre la vía principal impide, que el poco tránsito de la calle secundaria pueda cruzar y en vías con una corriente importante de tránsito peatonal como áreas educativas y comerciales. Se deben intensificar aun más campañas para prevenir a conductores de vehículos como bicicletas, motos, vehículos particulares o de servicio público y peatones, de los accidentes de tránsito que ocurren en la ciudad. Todos los usuarios de las vías sin excepción, estamos obligados a obedecer y hacer uso responsable de las señales de tránsito, a no manejar en estados de alicoramiento, ni bajo el efecto de sustancias prohibidas, a conocer la normatividad existente, a saber de señales de tránsito, a capacitarse y hacer la revisión tecno mecánica, de manera oportuna de los vehículos del cual se es propietario. Señalizar más las calles de nuestra ciudad, contribuye a mejor la movilidad y seguridad. Asegura que el tránsito vehicular y peatonal, sea lo menos riesgoso posible para peatones y conductores, requiriendo un mayor compromiso tanto de los ciudadanos como autoridades locales frente al seguimiento, exigibilidad y penalización de las normas de tránsito violadas por conductores imprudentes.