En los 29 kilómetros que separan a Vegalarga de Neiva se presentan dos derrumbes de gran magnitud en el sector de San Antonio, que se originaron a comienzos del mes de diciembre pasado y a la fecha el carreteable no está adecuado. Los deslizamientos impiden el paso normal de carros con pasajeros y alimentos. En los 29 kilómetros que separan a Vegalarga de Neiva se presentan dos derrumbes de gran magnitud en el sector de San Antonio, que se originaron a comienzos del mes de diciembre pasado y a la fecha el carreteable no está adecuado. Los deslizamientos impiden el paso normal de carros con pasajeros y alimentos. Los residentes con sus herramientas destapan el tramo. LA NACIÓN, NEIVA Los residentes que viven en los corregimientos de Vegalarga y San Antonio, aseguran que mientras las autoridades departamentales y locales no hagan una gran inversión económica que acabe de una vez por todas con los daños físicos que tiene la vía que los conduce a Neiva, estarán obligados a convivir el resto de sus días con un camino que permanece en mal estado la mayor parte del año. A la carretera de 29 kilómetros de extensión, no le terminan de hacer arreglos de mantenimiento parciales en un sector, cuando en otro lugar del tramo los derrumbes y los hundimientos de bancas de nuevo afectan la movilidad de personas, pasajeros, animales y alimentos, ya que los corregimientos son grandes despensas agrícolas de la capital y parte de los productos que consumen los neivanos se cultivan allí. El año pasado la vía fue víctima de todo tipo de afectaciones provocadas especialmente por la ola invernal, que conllevó a que nueve de los 12 meses del 2011 la carretera estuviera en mal estado, dejando carros atascados en medio de lodazales, derrumbes, animales y alimentos dañados, porque los camiones no tenían manera de llegar a la capital del Huila. Hoy el panorama del tramo es desastroso. Desde la primera semana de diciembre pasado se presentaron dos derrumbes de grandes proporciones. El primero se ubica a la entrada de San Antonio, donde 15 metros de la banca se hundieron dejando la vía con paso en un solo carril. A tres kilómetros hacia Vegalarga, la situación del carreteable es muy traumático. En el sector conocido como la Finca Villalba, un deslizamiento de tierra que se desprendió de la montaña arrasó con 100 metros de la vía y actualmente los osados conductores se ven en aprietos para la movilización de personas y productos agrícolas, porque el tramo quedó en un 80 por ciento en el vacío por donde va el río Fortalecillas. No aguantan más Los residentes en San Antonio y Vegalarga, quienes son las personas que más se movilizan por el tramo afectado, dicen que todo se queda en promesas de la Gobernación del Huila y la Alcaldía de Neiva. “No aparece una máquina, un obrero, hace mes y medio sucedieron los deslizamientos de tierra y la gente como puede va despejando la vía. Hasta hace una semana comenzaron trabajos de adecuación porque sólo había paso por un carril peligroso”, dijo Oliver Quiroga, quien dirige los trabajos de mejoramiento de la vía a la entrada de San Antonio. Añadió que los daños se deben especialmente por el fuerte invierno que se vive en la zona, y como los trabajos que requiere el tramo de recuperación no se hacen a tiempo, entonces el cúmulo de afectaciones hace que la tierra ceda a cada rato. En el caso del sector de Finca Villalba, los carros tienen que pasar halados con cuerdas por caballos. El pasado domingo se presentó un trancón inmenso, porque los automotores no podían pasar y los pocos que se atrevieron por poco se voltean ante los daños de la carretera. “No se ve una sola máquina retirando la tierra, todo esto que medio permite el paso de los carros es porque la gente con sus machetes y azadones despejó. Los motociclistas se trepan por la montaña para cruzar y se exponen a un accidente”, acotó Álvaro Quintero, quien habita en la vereda. Para mejorar el tramo, los mismos habitantes de las veredas por donde cruza la carretera realizarán una minga, con el fin de aportar con su trabajo a la recuperación parcial del tramo, el único que los conduce a Neiva. Recuadro Emergencia vial rural Luego de presentar fotografías y videos que evidencian la gravedad vial en el corregimiento de Vegalarga, los integrantes del Comité Local de Atención y Prevención de Desastres, le pidieron al alcalde de Neiva Pedro Suárez que decrete la emergencia vial. Afirmaron que los derrumbes ocasionados tras la segunda ola invernal que empezó el primero de septiembre y que al parecer durará hasta finales de marzo o comienzos de abril, ya ha dejado incomunicado al corregimiento y otras veredas. El director de Asistencia Técnica Rural y Medio Ambiente (Datma), Edilberto Sánchez, indicó que la radiografía vial rural es preocupante, “en algunas zonas hemos logrado pasar con maquinaria destapando derrumbes, pero sigue la lluvia y vuelven a taponarse las vías por los deslizamientos de tierra. Tan solo un derrumbe en el sector de Aipecito tiene más de 9.000 metros cúbicos de tierra para remover y de allí hacia arriba hay no menos de 12 derrumbes más”. Representantes de Vegalarga dijeron que hay áreas incomunicadas y que la gravedad del problema aumenta, porque ante la necesidad de viajar hasta otras regiones, las personas están arriesgándose a transitar por carreteras que presentan constantes deslizamientos de tierra. Precisamente, las difíciles condiciones del terreno para el tránsito han hecho que el censo de personas afectadas por la ola invernal en la zona rural no se haya completado. El director de Atención y Prevención de Desastres, David Cangrejo, dijo que de acuerdo con los datos existentes, la segunda ola invernal ha dejado 191 familias afectadas en la zona urbana y 109 en la zona rural, pero que esa cifra podría aumentar en la medida que se haga una visita casa a casa en las veredas del Municipio.