La Nación
JUDICIAL

“Pido perdón a los padres de Dayana”

En medio de la consternación y llanto de sus familiares, fue sepultada la menor Dayana Michel Reyes Trujillo, tras perder la vida al ser arrollada por una camioneta de estacas en el barrio El Triángulo, en Neiva. LA NACIÓN, NEIVA En medio de la consternación y llanto de sus familiares, fue sepultada la menor Dayana Michel Reyes Trujillo, tras perder la vida al ser arrollada por una camioneta de estacas en el barrio El Triángulo, en Neiva. El sepelio de la niña de cinco años de edad, se celebró en la tarde de ayer con una conmovedora ceremonia religiosa a la que asistieron sus compañeritos de Grado Primero de la Institución Educativa Inem sede Mauricio Sánchez. La caravana fúnebre acompañó el féretro con los despojos de la menor hasta el Cementerio Central, donde le dieron descanso eterno. “Amiga, ya que al cielo tu has partido sólo una cosa a Dios yo le pido, que entre sus brazos se encuentre dormida. Para nosotros siempre estarás viva”, expresaron en una cartelera sus amigos del salón. “Pido perdón a la familia” Mientras la familia de la menor llora su trágica partida, el conductor de la camioneta de estacas que le causó la muerte pidió perdón a los allegados de la niña. “No sé cómo pasó, pero estoy muy consternado con este accidente y pido perdón a los padres, hermanos, tíos y primos de la niña por este accidente. Esto no se lo deseo a nadie, lo digo de todo corazón”, dijo Fernando Campos, conocido como ‘Barbas’, en medio del llanto. El hombre recordó que la noche del accidente, miércoles 25 de enero, iba en su vehículo al parqueadero a guardarlo. “Venía una niña (en cicla), pasó cuando oí un golpe, me bajé y vi la niña caída en el suelo”, dijo el hombre de 54 años de edad. El fatal accidente ocurrió hacia las 7:00 p.m. a la altura de la Calle 28 con Carrera Décima, en el barrio El Triángulo. Según las primeras versiones de testigos, la menor perdió el control del velocípedo al parecer por tocar el andén y cayó en momentos que el automotor pasaba cerca. Foto: Sergio reyes