Debe existir un control del uso y retorno del agua, que garantice la renovación y sostenibilidad, no es limitarse a tratar el agua para consumo, también es tratarla para retornarla, pues así devolvemos el favor al ambiente del préstamo que nos hace. Debe existir un control del uso y retorno del agua, que garantice la renovación y sostenibilidad, no es limitarse a tratar el agua para consumo, también es tratarla para retornarla, pues así devolvemos el favor al ambiente del préstamo que nos hace. Jorge A. Peñaloza Giraldo Especial LA NACION La humanidad siempre ha dispuesto del agua para múltiples actividades que suplan sus necesidades. Sin embargo, cualquier uso del recurso o acciones procedentes de la naturaleza causa alteraciones a los ecosistemas acuáticos en sus diferentes propiedades. Una de las propiedades más utilizadas por las personas para identificar la contaminación en un cuerpo de agua es su apariencia física. Los sentidos captan anomalías y perciben físicamente las alteraciones, tales como: olor, color, sabor, temperatura, material no disuelto o suspendido en el agua. Usualmente se establece que el color del agua debe ser cristalino, similar al ingerido o usado en procesamiento de alimentos, pero en los recursos hídricos adquiere diferentes coloraciones por los compuestos húmicos, férricos o los pigmentos de la vegetación. La coloración de las aguas contaminadas no tiene un patrón definido, lo cual dificulta identificar el tipo de contaminante a través de imágenes. En la ciudad de Neiva, el río La Ceibas presenta coloración beige en temporadas de lluvias por la erosión de suelos, igualmente sucede con el río Magdalena. El olor y el sabor como indicador de calidad de agua, proceden de sustancias químicas disueltas o hidrofóbicas, comúnmente procedentes de actividades antropogénicas. La materia orgánica en descomposición, El fenol, diversos hidrocarburos e incluso cierto tipo de vegetación como las algas y hongos, son ejemplos de fuertes aromas. El uso de metales para conducción o desembocadero de agua (llaves) aportan diminutas partículas del materia (cobre, zinc, aluminio, etc.) alterando su sabor. La temperatura se altera cuando se inyecta energía liberada en forma de calor. Los incrementos de temperatura por causas naturales son significativos cuando el cuerpo de agua no fluye a velocidad considerable y está a menos de 600 metros sobre el nivel del mar. Este es el caso del embalse de Betania. No obstante, la contaminación térmica es insignificante, debido al equilibrio natural que obtiene en la noche, además que su profundidad obstaculiza los rayos del sol, es decir, a mayor profundidad, menor temperatura. Los materiales en suspensión son materia particulado compuestos de diferentes clases de suelo (limos, arcillas, etc.) arrastrado por el agua de dos maneras: suspensión estable y suspensión. La suspensión estable es cuando la partícula flota y solo precipita cuando reúne más partículas del mismo material. Y la suspensión es cuando se mantiene a flote por la corriente de agua dirigiendo su movimiento. El río Las Ceibas presenta excesivo material suspendido en temporadas de lluvias, de ahí el cambio de textura de agua a lodo, que es incontrolable por el acueducto y deben suspender el servicio de agua potable para la ciudad de Neiva. Problemas espumosos Existe otra alteración física muy común en la desembocadura de las aguas residuales urbanas y rurales, es la presencia de espuma en el recurso hídrico. La existencia de detergentes combinada con la dinámica del agua forma láminas de espuma que interfiere con los procesos naturales y autopurificadores. Adicionalmente dificulta la potabilización del agua al impedir la sedimentación de los materiales suspendidos. Proceso natural Las alteraciones físicas no siempre son negativas, la mineralización del agua por causas naturales es un proceso que beneficia y dispone del recurso para ser apto al consumo humano. El agua mineral natural procede del sub-suelo, a medida que el agua tenga mayor profundidad para filtrarse en el suelo, mayor será su pureza. Sin embargo, no todos los seres humanos se benefician del agua mineral debido a la falta de costumbre del organismo. Aunque la gran mayoría de las alteraciones físicas son producto de la naturaleza, no quiere decir que el recurso hídrico esté contaminado, pues durante generaciones los ecosistemas han logrado vivir sin la intervención del hombre y en algunos casos ha resultado beneficioso de estos procesos. Pero debe existir un control del uso y retorno del agua, que garantice la renovación y sostenibilidad, no es limitarse a tratar el agua para consumo, también es tratarla para retornarla, pues así devolvemos el favor al ambiente del préstamo que nos hace. *Especialista Ingeniería Ambiental Ingeniero Agrícola Las alteraciones físicas no siempre son negativas, la mineralización del agua por causas naturales es un proceso que beneficia y dispone del recurso para ser apto al consumo humano. El agua mineral natural procede del sub-suelo, a medida que el agua tenga mayor profundidad para filtrarse en el suelo, mayor será su pureza. La temperatura se altera cuando se inyecta energía liberada en forma de calor. Los incrementos de temperatura por causas naturales son significativos cuando el cuerpo de agua no fluye a velocidad considerable y está a menos de 600 metros sobre el nivel del mar. Este es el caso del embalse de Betania.