El Estado Mayor del ejército sirio en Damasco fue golpeado por un doble atentado suicida en el que murieron al menos cuatro guardias y se vio seguido de intensos combates entre rebeldes y soldados. DAMASCO (AFP) – El Estado Mayor del ejército sirio en Damasco fue golpeado por un doble atentado suicida en el que murieron al menos cuatro guardias y se vio seguido de intensos combates entre rebeldes y soldados. Con diez minutos de intervalo, dos suicidas lanzaron sus coches bomba en los alrededores y en el interior de la sede del Estado Mayor, a pocos metros de la plaza fortificada de los Omeyas, donde hay numerosos edificios del gobierno y de los servicios de seguridad, indicaron las autoridades. En un comunicado, el ejército sirio afirmó que todos los mandos militares y oficiales del Estado Mayor estaban “sanos y salvos” tras las explosiones. Una fuente militar citada por la televisión estatal afirmó que en el ataque murieron cuatro guardias, y que 14 civiles y militares resultaron heridos. El ataque fue reinvindicado primero por el Ejército Sirio Libre (ESL), formado por desertores y civiles que tomaron las armas contra la represión del gobierno, y horas después por un grupo islamista antirrégimen. En un comunicado difundido en internet, el brazo en Damasco de la organización Tajamo Ansar Al Islam (Reunión de partidarios del islam), afirma que un suicida hizo explotar su vehículo en la entrada principal del edificio, y que las bombas colocadas en el tercer piso fueron activadas con la ayuda de militares. Otros cuatro combatientes que entraron en el edificio murieron “en el caos que se produjo luego”, precisa el comunicado. Un periodista sirio del canal iraní Press TV, Maya Naser, murió tiroteado por un francotirador cuando se dirigía hacia el lugar para cubrir las explosiones. El jefe de la oficina en Damasco del mismo canal, Husein Mortada, un libanés, resultó herido de bala. Complicidad de los militares Los servicios de seguridad cortaron las vías que conducen al centro de Damasco, constató la AFP. Los cristales del edificio del Estado Mayor estaban reventados y una parte del muro exterior destruida. Fuera del complejo militar podía verse un cráter de dos metros de profundidad. En declaraciones previas a la reivindicación islamista, el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y el Ejército Sirio Libre dijeron que el ataque fue posible gracias a la complicidad de militares dentro del edificio. “Parece que la operación es un motín dentro del Estado Mayor”, dijo Rami Abdel Rahman, presidente del OSDH. Tras el doble ataque estallaron intensos combates entre rebeldes y militares dentro de la sede del Estado Mayor, dijo Rahman. Según él, se trata de los “combates más violentos en el corazón de Damasco desde el inicio de la revuelta y el atentado más violento en la capital desde el 18 de julio”. En este último, perpetrado contra el edificio de la Seguridad Nacional, murieron cuatro altos responsables, incluido el cuñado del presidente Bashar al Asad. Mujeres y niños ejecutados Mientras continúa el bloqueo diplomático internacional, el gobierno y los rebeldes siguen decididos a luchar hasta el final, en un conflicto que dura ya más de 18 meses y se cobró entre tanto más de 30.000 muertos, de los cuales más de 21.000 civiles, según el balance comunicado este miércoles por el OSDH. En Damasco, al menos 16 personas, incluidas seis mujeres y tres niños, fueron ejecutadas en sus casas por milicianos prorrégimen en el barrio sunita de Barzé, según el OSDH. En otros puntos del país, los bombardeos de bastiones rebeldes causaron al menos 17 muertos en la ciudad de Deir Ezzor y siete en la provincia de Damasco. En el primer día de trabajos de la Asamblea General de la ONU, el martes en Nueva York, Catar abogó por una intervención militar de los países árabes en Siria, y el presidente estadounidense Barack Obama dijo que el régimen de Asad debía terminar.