Tejiendo la vida

En la presente versión del Encuentro Nacional de Maestros Artesanos, se aprecian todo tipo de trabajos elaborados con finura y dedicación. Concentrado en su estand, Rubén Martínez teje manillas, brazaletes y gargantillas en macramé, técnica que aprendió hace 12 años y hoy se ha convertido en su oficio y modo de vivir. En la presente versión del Encuentro Nacional de Maestros Artesanos, se aprecian todo tipo de trabajos elaborados con finura y dedicación. Concentrado en su estand, Rubén Martínez teje manillas, brazaletes y gargantillas en macramé, técnica que aprendió hace 12 años y hoy se ha convertido en su oficio y modo de vivir. MARIO PORTILLO LA NACIÓN, NEIVA Entre hilos, semillas y piedras semipreciosas, Rubén Martínez un joven artesano natural de Boyacá pasa sus días. El hombre aprendió hace 12 años a tejer en macramé y desde entonces no ha parado de jugar con la creatividad, a la hora de elaborar sus piezas artesanales. Tapices, atrapasueños y brazaletes, entre otros, hacen parte de los elementos que el artesano fabrica. Tejer en macramé se ha convertido para Rubén en un modo de vivir. Donde se encuentre acomoda los hilos y empieza con su labor. Todo comenzó cuando el artesano, boyacense de nacimiento pero huilense de adopción,  cursaba su bachillerato en el Colegio Nacional Santa Librada de Neiva. “Yo inicié en el tejido más por pasatiempo; me llamaban la atención los atuendos de los artesanos y las obras que hacían con las manos. Un chico a quien yo le compraba artesanías me enseñó un punto básico para tejer y con esto aprendí a hacer pulseras que vendía o regalaba. Luego aprendí otros tejidos, otras figuras y manipulando la técnica empecé a descubrir nuevas vertientes de tejido”, señaló el artesano. Posteriormente, y luego de ingresar a la Universidad Surcolombiana a estudiar Ingeniería Agrícola, Rubén continuó con el oficio de tejer y elaborar artesanías. Pasaron dos semestres y detuvo la carrera para iniciar Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana. “Cuando estudiaba Agrícola seguía tejiendo y vendía mi trabajo en las calles de Neiva. Un día decidí cambiar de carrera pero seguí tejiendo y empecé a vender mis trabajos en la universidad; estudiaba y tejía a la vez”. De la calle a la feria Sin abandonar su oficio, Martínez adelantó su carrera, que también es su pasión. Pero antes de culminar sus estudios algo grande, como él señala, sucedió. “Antes de terminar la universidad pasó algo magno en 2007, participé por primera vez en el Encuentro Nacional de Artesanos acá en Neiva y con una muestra muy pequeña pero de mucha calidad,  me gané el premio de mejor muestra de tejidos en ese año”, indicó. Luego de su primera figuración y de graduarse como Licenciado en Humanidades y Lengua Castellana, Martínez pasó de ofrecer sus artesanías en la calle a exponer y venderlas en ferias y encuentros. “En las ferias es mejor valorada el artesanía, yo vengo con mi arte desde la calle pero allí uno es mirado de distintas formas por la gente, lo miran con rechazo, con lastima, muy pocos con buena actitud. Pero cuando uno entiende que el arte de uno merece algo mejor, se preocupa por mostrarlo en mejores lugares y aunque los mejores espacios valen, es un mejor nivel para uno y para sus artesanías”, refirió. En 2008, obtuvo el tercer lugar en el Encuentro Nacional de Artesanos en Neiva y en ese mismo año asistió por primera vez a Expoartesanías, en Bogotá. En 2009 volvió al Encuentro de Artesanos en Neiva y fue declarado fuera de concurso. En 2010, se ganó el primer lugar en el concurso ‘Deléitate con lo Nuestro’, con su propuesta ‘Macramé Arte, Tejiendo Vida’. En 2011 no participó del encuentro de artesanos, pero se dedicó a su nuevo proyecto, la apertura de su almacén de artesanías en San Agustín (Huila), municipio donde está radicado actualmente. Rubén ha expuesto en la ‘Feria Orquídeas, Pájaros y Flores’ de Medellín,  evento realizado en el marco de la Feria de las Flores, de igual forma en el certamen  ‘Hecho a Mano en América’ en la misma ciudad, en la ‘Feria Manos de Oro’ en Popayán y en la ‘Feria Internacional de Pitalito’, entre otras. Líneas En sus inicios Martínez manejó una línea compuesta de artesanías y accesorios personales. Luego incluyó otros productos orientados a la decoración del hogar. “Manejo una línea de accesorios para decorar el cuerpo, que está compuesta por manillas, brazaletes, aretes, anillos, gargantillas y correas, con esa inicié pero luego vi la posibilidad de aplicar la técnica de macramé en piezas más grandes como tapices, lámparas, jarrones y atrapasueños, que hoy componen la línea de decoración de hogar. Los materiales que utilizo en mis trabajos son hilos o fibras naturales e industriales. Hago acabados con semillas, piedras semipreciosas, con alambres de plata, los tapices vienen terminados con plumas, semillas, conchas, y en el caso de los atrapasueños  utilizó un bejuco llamado Chípalo”, señaló. Perspectiva Frente a la perspectiva actual de las oportunidades para los artesanos, Rubén indicó, “La subvaloración hacia el trabajo del artesano es el común denominador muchas veces con la gente. Las personas no ven en los trabajos de artesanía, el esfuerzo, valor y entrega que los componen. Yo pienso que este trabajo artístico y creativo debería ser más valorado, porque no es algo que se produzca en masa, es algo en lo cual se invierte tiempo, pensamiento, imaginación y creatividad. Vivir de la artesanía es posible pero es guerreado. Hay días que no pasa nada pero asimismo hay días que se mueve el negocio y la tarea es abrir cada vez más mercado, buscar nuevos espacios para exponer, buscar más públicos y estrategias de comercialización”. El artesano camina y teje, sigue tejiendo y sube de nuevo un escaño, hoy Rubén trabaja en su almacén y no descarta la idea de ejercer su licenciatura. Mientras tanto examina su siguiente paso, su meta más próxima. “Ahora estoy concentrado en mi nuevo escaño, que es el almacén de artesanías que tengo en San Agustín, donde estoy radicado hace cuatro años; otra idea que quiero materializar es salir a exponer en el extranjero. Allí las artes manuales y los procesos creativos de alguna forma son más valorados y  mejor pagos”, finalizó. Fotos Oscar Roldán Tejiendo la vida Tejer en macramé se ha convertido para Rubén en un modo de vivir. Los Atrapasueños realizados por Rubén son bien apreciados por los compradores de artesanías. foto Con manillas y pulseras Rubén aprendió a tejer en macramé. Hoy sus trabajos muestran tejidos más complejos.

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