MÉXICO (AFP) – El candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, fue ratificado como ganador de la elección presidencial del domingo con 38,21% de los votos, según el cómputo oficial, un resultado que la izquierda anunció que impugnará asegurando que fue logrado con compra de votos. MÉXICO (AFP) – El candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, fue ratificado como ganador de la elección presidencial del domingo con 38,21% de los votos, según el cómputo oficial, un resultado que la izquierda anunció que impugnará asegurando que fue logrado con compra de votos. El candidato de la coalición de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, obtuvo el 31,59%, mientras que la candidata del Partido Acción Nacional (PAN, en el poder), Josefina Vázquez Mota, el 25,41%, de acuerdo con el resultado oficial del Instituto Federal Electoral (IFE). Este resultado final es muy similar a las cifras preliminares anunciadas la noche del domingo por el IFE, basado en una selección de mesas representativas y que López Obrador se ha negado a aceptar. El cómputo oficial será entregado ahora por el IFE al Tribunal Federal, que la semana próxima recibirá las impugnaciones y tendrá hasta el 6 de septiembre para anunciar al nuevo presidente. López Obrador ha anticipado que impugnará ante el Tribunal y que mantendrá su protesta en forma pacífica y “por la vía legal”, marcando diferencia con su actitud de 2006 cuando al perder estrechamente ante Calderón, sus partidarios bloquearon la capital mexicana por varias semanas. La opción que seguramente utilizará es demandar asegurando que el PRI gastó por encima de lo legalmente permitido (cerca de 30 millones de dólares por partido) y que parte de ese dinero fue usado para compra de votos. Con ello “estaría protegiendo la posibilidad de lanzarse de nuevo en 2018 y en caso de no ser el candidato, abriendo las opciones de la izquierda de llegar al poder”, explicó la analista política Ana María Salazar en su columna del diario El Universal. Computo dispendioso El cómputo de los votos en los 300 distritos en que se divide el país de 112 millones habitantes comenzó el miércoles y concluyó ayer, con retraso de un día a lo esperado. En casi el 50% de poco más de 144.000 casillas (mesas de votación) se realizó el recuento de voto por voto, al detectarse inconsistencias en el conteo preliminar. Benito Naciff, consejero del IFE, explicó en declaraciones a la emisora Formato 21 que la demora se debió al “gran número de paquetes que fueron abiertos” y, en algunos casos, a las prolongadas discusiones entre funcionarios electorales en torno a algunos votos que quedaban en duda. López Obrador había pedido el recuento de votos en todas las urnas, al igual que lo hizo en 2006 cuando perdió por 0,56% frente a Felipe Calderón. El izquierdista rechazó el resultado del conteo preliminar argumentando compra masiva de votos y una campaña de los grandes medios a favor del PRI. “Se puede afirmar lo que sea, pero hay que presentar pruebas”, respondió a esa acusación Peña Nieto, en entrevista con el diario español El País publicada este viernes. Antes Peña Nieto había negado cualquier relación con esas tarjetas y reiteró que su elección fue limpia. Dinero en exceso El presidente Calderón se sumó a las voces que piden que se investiguen las denuncias sobre un uso excesivo de dinero en las campañas. “No puedo afirmar que la haya habido, pero sí creo, como presidente y como ciudadano, que las autoridades electorales están obligadas a darnos una respuesta sobre ello”, dijo Calderón al diario Excelsior. La izquierda alega que el PRI, que gobernó México en forma hegemónica entre 1929 y 2000, uso dinero en parte proveniente de los gobiernos estatales para comprar votos mediante tarjetas de compra en una cadena de comercios. Las denuncias de la izquierda se basaron en imágenes mostradas en los medios de personas que acudían a supermercados con una tarjeta de compras que habrían recibido a cambio de votar por el PRI. La dirigencia nacional del PRI denunció formalmente ante la fiscalía a la izquierda asegurando que esas imágenes son un montaje y también señaló que está dispuesta a aceptar un recuento de todos los votos. “Si esto abona transparencia, certeza y confianza el PRI lo acepta”, dijo en el presidente del partido, Pedro Joaquín.