Los habitantes del barrio San Carlos de Neiva denunciaron que el alcantarillado de aguas negras que pasa por el sector colapsa con frecuencia debido a los taponamientos. Dichos fluidos caen a la quebrada La Cabuya Los habitantes del barrio San Carlos de Neiva denunciaron que el alcantarillado de aguas negras que pasa por el sector colapsa con frecuencia debido a los taponamientos. Dichos fluidos caen a la quebrada La Cabuya y un olor fétido invade la zona. Algunos vecinos han sufrido casos peores, pues las aguas residuales se devuelven a sus viviendas. LA NACIÓN, NEIVA Cansados de los malos olores y los continuos rebosamientos que presentan los colectores de aguas residuales, los vecinos del barrio San Carlos en Neiva, comentaron que su problemática no ha sido atendida por Empresas Públicas de Neiva. Los moradores del sector mostraron su preocupación, pues cuando dichos colectores se taponan, las aguas negras caen a la quebrada La Cabuya. Para Gladys Lemus, vecina de la Calle Tercera con Carrera 31, la situación con el alcantarillado y el taponamiento del mismo se ha vuelto insoportable para la comunidad. “Esta situación es insoportable para nosotros. Lo que pasa es que el alcantarillado parece obsoleto. Los colectores se rebotan e inundan todo el sector de olores horribles que afectan a nuestra comunidad. Cuando se rebotan, las aguas caen a La Cabuya y esto se vuelve fastidioso. Nos preocupan los niños, que se enferman continuamente al igual que nosotros los adultos”, refirió la afectada. De la misma forma, los habitantes señalaron que una canalización que baja de surorientales, también se tapona con frecuencia y los afecta. “Mire la situación acá es complicada, por un lado tenemos los colectores que se rebosan y nos inundan todo esto de aguas negras, se contamina La Cabuya y aparte, la canalización que baja de surorientales se tapona y esto se vuelve un desastre. De EPN vienen y destapan y ya, pero nunca hacen un trabajo que dure; entonces cada 15 o 20 días estamos en las mismas”, aseveró Rosana Cortez, residente del sector. Enfermedades Para los moradores del barrio, lo que más les inquieta son los efectos que los rebosamientos y las aguas pútridas que bajan por La Cabuya, empiezan a generar en su salud. “Mis dos hijos han tenido dengue y eso es grave. Pero en la comunidad es normal que sobretodo los niños presenten brotes, vómito, dolor de cabeza y síntomas como diarrea. Es que los malos olores acá son una cosa de todo el día. La lluvia ayuda a rebosar las alcantarillas y las aguas negras van a la quebrada, y cuando hace verano el olor y el zancudero son insoportables”, agregó Rosana Cortez. Caso extremo A la vera de la quebrada La Cabuya se encuentran varias viviendas. Adela Rojas habita en una de ellas y desde hace 20 días se ha visto afectada con el taponamiento de la línea de alcantarillado que pasa frente a su casa. “Hace como 20 días empezaron a devolverse las aguas negras hacia la casa, lo notamos en los inodoros. Nos tocó romper acá afuera para que el agua sucia brotara hacia la calle y no se nos metiera a la casa. Vinieron de EPN y nos dijeron que tocaba excavar y revisar el codo donde se conecta la casa con la tubería de alcantarillado, pero que eso nos tocaba a nosotros; ellos no hicieron nada”, indicó Rojas. Según la mujer, uno de sus hijos se acercó a EPN para requerir ayuda y allí le dijeron que en 72 horas se acercarían a atender la situación. “Mi hijo Jarby fue a EPN y le dijeron que en 72 horas venían a arreglarnos esto. Pasaron las 72 horas y nadie vino. Nosotros estamos muy afectados, imagínese que no podemos utilizar ni los baños. Los olores acá a un metro de mi casa son terribles y así nos toca comer y vivir. Yo tenía un negocio de comida y desde que se dio este problema no he podido volver a trabajar, nadie viene a comer con esa porquería al lado”, ratificó la mujer. Respuesta LA NACIÓN trató de ubicar al subgerente Técnico de Empresas Públicas, Alexander Soto, pero el funcionario no respondió a los llamados telefónicos ni los recados dejados en su buzón de voz. Mientras tanto, la comunidad del barrio San Carlos espera que las distintas situaciones que se presentan en su barrio con el alcantarillado sean resueltas oportunamente. Según los vecinos de San Carlos, cuando los colectores de aguas residuales se rebotan, caen a la quebrada La Cabuya. Este es el hueco que Adela y sus hijos abrieron para evitar que las aguas negras se devuelvan hacia la vivienda. Recuadro LA NACIÓN oye a la gente Gladys Lemus, vecina de San Carlos: “El problema acá es porque hace un tiempo no había tanta vivienda, pero ahora ya el alcantarillado no soporta tanto residuo y se rebosa con facilidad, entonces pedimos a EPN que estudie la situación y nos den soluciones”. Rosana Cortez, residente del sector: “Por todos lados nos invaden las aguas negras. Cuando los colectores se taponan, vivir acá es un martirio. Ya hemos adelantado trámites con la Personería y ellos nos han dado la razón, pero EPN no hace un trabajo definitivo, sólo vienen a destapar cuando toca y ya”. Adela Rojas, habitante del barrio: “La situación en San Carlos es indignante. No entendemos por qué no nos colaboran, si es que vivir en medio de estas aguas es inhumano. Queremos soluciones, que se pongan en nuestro lugar y nos colaboren”.