Centros de droga

La propuesta del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, de crear centros de consumo controlado de drogas alucinógenas, en las zonas de mayores índices de delitos en la capital colombiana, ha generado y de qué manera un agudo debate acerca de la pertinencia, conveniencia y viabilidad tanto legal como social de la iniciativa, justo cuando el mundo en diversos sectores también plantea radicales cambios en la lucha contra el narcotráfico. La propuesta del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, de crear centros de consumo controlado de drogas alucinógenas, en las zonas de mayores índices de delitos en la capital colombiana, ha generado y de qué manera un agudo debate acerca de la pertinencia, conveniencia y viabilidad tanto legal como social de la iniciativa, justo cuando el mundo en diversos sectores también plantea radicales cambios en la lucha contra el narcotráfico. Si bien algunas voces recalcitrantes han lanzado gritos al cielo por lo consideran una verdadera herejía y un supuesto salto al vacío estatal, vale señalar que ya existe una Ley de la República, la 1566 de 2012 que obliga al Estado a atender de manera integral a los drogadictos y a verlos como pacientes, y no como delincuentes, y recordar que fue el mismo presidente Juan Manuel Santos quien pretendió llevar a discusión de la Cumbre de las Américas en Cartagena la despenalización de las drogas. Ahora bien, ni la propuesta de Petro es original ni se trata de una medida revolucionaria en el tratamiento de las adicciones; en algunos países europeos, se ha enfrentado la drogadicción, especialmente de aquellas llamadas ‘drogas duras’, con alternativas como las salas de consumo supervisado en las que se les suministran a los pacientes heroína u otras sustancias bajo ambientes controlados y la higiene requerida. Para ello se ha alegado, como lo hace ahora la misma Ley 1566 de tratar la adicción, más que como un problema de seguridad, con criterios de salud pública. Las salas europeas en Holanda, Suiza, Alemania, España, Australia y Canadá, y proyectos similares que ya se estudian en Francia, Dinamarca y Portugal, se han llevado a cabo tras juiciosos estudios que evalúan el real costo – beneficio, la relación entre mantener drogadictos de riesgo en las calles o llevarlos a estos centros de consumo bajo control y proveerles un sistema que pueda, a mediano y largo plazo, ofrecerles una cura o alivio para la enfermedad. No debe olvidarse que las condiciones de clandestinidad, pésimas prácticas higiénicas y promiscuidad de los drogadictos generan otro tipo de graves afectaciones como el VIH, las hepatitis virales, así como las muertes por sobredosis. Lo que no resulta conveniente, es que el alcalde Petro se haya apresurado a lanzar el anuncio de las narco-salas sin tener a la vista los estudios, análisis y sustento científico de valor que le permita poner en práctica la medida. Querría uno que el afán no matara de entrada las buenas intenciones de la iniciativa, y que se pusiese un poco de paciencia en tanto se tengan los argumentos válidos para convencer tanto a otros estamentos estatales como a la comunidad de las bondades de la decisión. Colombia, que ha pasado de proveedor de cocaína a gran consumidor de varias drogas, tiene que explorar alternativas de contención; pero también debe hacerlo sobre el consumo de licor, responsable de la mayor parte de los homicidios por riñas, de graves accidentes de tránsito y de fuertes conflictos familiares. DESTACADO “Lo que no resulta conveniente, es que el alcalde Petro se haya apresurado a lanzar el anuncio de las narco-salas sin tener a la vista los estudios, análisis y sustento científico de valor que le permita poner en práctica la medida”. EDITORIALITO El Ideam ratificó las alertas por incendios forestales debido al fuerte verano que se registra en varias zonas del país, entre ellas el Huila. La ola de calor ya está generando sus primeros efectos. Las alertas no deben pasar inadvertidas.